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La Generalitat paraliza las obras de la estación del metro en la plaza de Maragall

El inicio del tramo de la línea 9 que va de la Sagrera a Zona Universitària no tiene fecha

Blanca Cia

Los vecinos de la plaza de Maragall han visto en el último mes como operarios y máquinas depositaban toneladas de tierra sobre el gran agujero que se abrió en el lado norte de la plaza para la construcción de la estación de la línea 9 del metro que llevará el nombre de Plaça de Maragall. Los problemas que arrastra esa línea hacen imprevisible la fecha de ejecución de su tronco central -entre la Sagrera y Zona Universitària -, por lo que la Generalitat ha optado por parar los trabajos y urbanizar provisionalmente la plaza, provisionalidad que durará no menos de dos años.

Los vecinos, hartos de obras y zanjas durante dos años, consideran que son víctimas de una "chapuza" y se preguntan cuánto durará esa provisionalidad. "Las obras han estado paradas durante más de medio año y esto se convirtió en una especie de estanque de todo tipo de residuos del que salían ratas como gatos". Así se explica Manuel, el encargado de una panadería que está en la plaza de Maragall. Este comerciante, como otros de la zona, se ha quejado en reiteradas ocasiones de las obras. En realidad, de las consecuencias de las obras. "Al principio trabajaban, hicieron un gran agujero y había actividad. Luego, en la primavera pasada, se paró y no venía nadie. Cayeron unas lluvias muy fuertes y se formó una gran balsa, y esto se convirtió en un vivero de mosquitos y todo tipo de bichos", afirma. Este comerciante denunció el estado del entorno en una de las oficinas de la constructora de la línea 9 del metro.

A esos problemas se añadió el de la seguridad, porque comenzaron a menudear los atracos a comercios. Una de las consecuencias de la perforación fue la modificación del trazado de la plaza por su lado norte, el que pertenece al distrito de Horta-Guinardó. La plaza tenía un vial que la rodeaba para que los vehículos y autobuses que bajaban por el paseo de Maragall llegaran a Navas de Tolosa y de ahí a la Meridiana. Ese vial fue anulado -lo que obliga a un importante rodeo por las calles del Guinardó para enlazar con Navas de Tolosa- y ese lado de la plaza se convirtió en un rincón. "Una cosa es el tráfico, al que te acabas adaptando, pero lo peor fue que quedamos aislados y rodeados por unas vallas de obras que al ser abandonadas se convirtieron en un lío de maleza", explica la propietaria de un bar de la plaza. El efecto que tuvo fue especialmente malo para los comerciantes porque pasaba menos gente; por tanto, recaudaban menos y, al estar más aislados, se convirtieron en blanco de atracos. "Siempre se han producido tirones, pero que entraran en los comercios armados es otra cosa", añade desde detrás de la barra del bar. Eduard Vicente, gerente del distrito de Horta-Guinardó, reconoce que aumentaron los robos, pero lo desvincula del efecto de las obras: "Ahora hay más patrullas de los Mossos por la zona y se nota la mejora".

Las quejas, finalmente, fueron planteadas por el Eje Comercial de Maragall al distrito y a la Generalitat, que es la que encargó la perforación de la plaza para la estación. "Pedimos que decidieran algo porque la plaza no podía estar levantada indefinidamente", apunta Joan Romero, presidente del Eje Comercial de Maragall. Eso fue en septiembre pasado y obtuvieron el compromiso de que las obras estarían listas antes de Navidad. La semana pasada proseguían los trabajos de restitución de la plaza, que difícilmente será transitable antes de que terminen las fiestas. Mientras, lo que se ve con toda claridad es el letrero de la Generalitat: "Estamos construyendo la estación del metro de la línea 9".

El pasado 15 de diciembre los vecinos fueron convocados a una reunión con técnicos de GISA -la empresa pública de la Generalitat que encargó el proyecto- y el gerente del distrito.

"No aclararon gran cosa, salvo lo que es evidente, que se está tapando la plaza y que se hará una urbanización provisional. Pero no informaron de cuánto durará esa provisionalidad ni de si realmente se hará la estación de metro o no", afirma el presidente de la Asociación de Vecinos de Joan Maragall, Otto Nitsch.

"No se dio plazo porque no lo hay aunque, en principio, todo hace pensar que no se estará en condiciones de volver a trabajar en la estación antes de unos dos años", contestó Jordi Jubany, director general de Puertos y Transportes de la Generalitat. "Lo que se está haciendo ahora es tapar con sablón y darle una urbanización provisional a la plaza, porque tampoco es cuestión de enterrar dinero", añadió. En realidad, más que provisional es provisionalísima, porque está previsto encargar en los próximos meses un proyecto de urbanización.Y será en ese momento cuando la plaza podrá recuperar cierta normalidad, algo que no se prevé que suceda antes del verano del año próximo.

En principio, se parte de la idea de restituir un vial que conecte el paseo de Maragall -lado de mar- con Navas de Tolosa, pero de manera que se cree una isla de giro por el lado de la calzada central del paseo. De esa forma, se creará una zona peatonal en los lados de la plaza que están junto a los edificios en la que se colocarán bancos y árboles. Porque la plaza lleva un tiempo completamente pelada a los dos lados del paseo de Maragall ya que, además del cráter que se abrió en el lado de montaña para la estación del metro, en el polo opuesto se ha construido un aparcamiento en el subsuelo. La zona de juegos infantil que existía en ese lado de la plaza fue anulada provisionalmente y ahora -se está trabajando en superficie-los vecinos confían en que se urbanice con rapidez. Aunque luego les espera la intervención del mercado del Guinardó.

Obras de cobertura del agujero de la estación en la plaza de Maragall.
Obras de cobertura del agujero de la estación en la plaza de Maragall.CARMEN SECANELLA

Revisión del proyecto

"No queremos que nos pase como en Sant Andreu, donde tuvimos que parar la tuneladora por un problema de profundidad de los cimientos. Por eso y porque después del Carmel se ha decidido tomar todo tipo de precauciones", argumenta el responsable de Puertos y Transportes de la Generalitat cuando contesta que es imposibe poner fechas a la línea 9. Por lo menos en su totalidad, ya que se está trabajando en los extremos, en la Zona Franca, por un lado, y entre Santa Coloma y la Sagrera. El tronco central, desde la Sagrera hasta Zona Universitària, está parado y en revisión. El estudio geológico del subsuelo y las catas que se están realizando no habrán concluido antes del primer trimestre de 2008. "Luego habrá que encargar el proyecto definitivo porque lo que está bastante claro es que el que existía no es válido", continúa, y reconoce que es difícil imaginar que las obras del tramo central de la línea 9 puedan reanudarse, como mínimo, dentro de un año, ya que después habrá que licitar y adjudicarlas.

Mientras, en la plaza de Maragall los sensores que se colocaron para la excavación de la estación siguen en activo.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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