Uruguay desatasca el futuro de Ence

El final feliz a la conflictiva construcción de una papelera en Uruguay, problema solucionado hace diez días con el traslado de la planta a otro punto del país, la reestructuración organizativa y el reajuste laboral anunciado y en marcha, junto a la previsión de triplicar su beneficio neto fijada en su plan estratégico 2007-2011 y el pulso accionarial permanente entre sus dos mayores dueños, su presidente Arregui y los financieros Alberto Alcocer y Alberto Cortina, por conservar y acrecentar su primacía en el capital, han disparado la cotización Ence y han mejorado las recomendaciones de los analistas.

Quiere sustituir con la planta uruguaya, que va a producir un millón de toneladas, a Aracruz como líder en pasta de papel de eucalipto en el mundo

Los dos mayores accionistas de la compañía mantienen desde hace meses, al margen de su coincidencia en la estrategia de futuro y en la gestión actual del grupo papelero y energético, un rally peculiar por acrecentar su hegemonía en el capital de Ence. Uno y otros socios han ido dando replica a sus sucesivas y respectivas operaciones de compra de acciones.

Los últimos días, tras la resolución del conflicto uruguayo, han sido pródigos en movimientos. Al inicio de la semana, Juan Luis Arregui, presidente de la papelera y vicepresidente de Iberdrola, movió ficha y elevó su participación del 14,85% al 18,35%. Unos días antes comunicaron tres cuartos de lo mismo Cortina y Alcocer al elevar su participación en Ence del 15,003% al 18,503%, tras adquirir un 3,5%.

Unas operaciones de compra, las de Arregui y Los Albertos, que coinciden en su conjunto, en la magnitud y en el tiempo, con la desinversión del 7% en Ence anunciada el jueves por Caixa Galicia, en dos aplicaciones con diferencias del 3,5% que le han supuesto un ingreso de 92,47 millones. La Caixa no ha querido desvelar la identidad de los compradores, pero fuentes del mercado dan por sentado que corresponden a operaciones pactadas con Arregui y con Alcocer y Cortina.

No hay que olvidar que Juan Luis Arregui aterrizó en septiembre de 2005 en Ence de la mano de Caixa Galicia, que le vendió un 6,9% de su participación total del 16,942% en la papelera por 40,07 millones de euros. Unos meses después, en abril, el director general de Caixa Galicia y presidente de Ence desde su privatización en 2001, José Luis Méndez, le cedió las riendas de la papelera en una operación consensuada con Cortina y Alcocer. A partir de entonces los dos empresarios y el presidente han ido ampliando en sucesivas operaciones su participación en el fabricante de celulosa. Caixa Galicia, tras la última desinversión, abandona el consejo de administración de Ence, aunque conserva aún el 1,042% de su capital.

Un millón de toneladas

La explicación a la fuerte revalorización de las acciones de Ence en los últimos días y los cambios reseñados en su capital hay que buscarla, entre otras razones, en el apoyo dado por los gobiernos de Argentina y Uruguay al nuevo emplazamiento de la planta de celulosa prevista a orillas del río Uruguay, señalan fuentes conocedoras del grupo papelero. El traslado a Punta Pereira, a orillas del río de La Plata, desactiva el largo conflicto surgido en torno a esta planta y a su repercusión sobre el medioambiente entre los países citados y desbloquea un proyecto industrial clave para el futuro de Ence.

No en vano el grupo español quiere desplazar con esta planta, que tendrá una capacidad de producción de un millón de toneladas y empezará a funcionar en septiembre de 2009, a la brasileña Aracruz como mayor productor mundial de pasta de papel de eucalipto. La inversión en esta planta ascenderá a 947,5 millones de euros y Ence quiere producir además 60 o 70 megavatios a partir de la corteza de los árboles y los residuos de la producción de celulosa en Uruguay. Ence tiene previsto, además, reactivar los trámites para obtener un crédito del Banco Mundial destinado a la construcción de esas instalaciones.

Uruguay es el pilar de su Plan Estratégico 2007-2011, que fue presentado en octubre por su consejero delegado, Pedro Oyarzábal, y que prevé triplicar su beneficio después de impuestos, al pasar de 50 millones de euros en 2006 a 150 millones en 2011, duplicar su producción de celulosa desde un millón de toneladas a 2,35 millones, un 130% más, y realizar inversiones en el periodo por un montante de 1.200 millones de euros (sólo un 20% de ellas en España).

Ante este escenario de altas inversiones, Oyarzábal anunció, en la presentación del plan, que las mismas se abordarán con los cash flows (flujos de caja) generados y aprovechando una capacidad máxima de endeudamiento de hasta el 54% de los fondos propios sin necesidad de acudir a una ampliación de capital. La deuda neta de 136 millones de Ence a finales de septiembre pasará, según estimaciones de los analistas de Ibersecurities, a 491 millones en 2011.

La "nueva Ence", que quieren alumbrar Arregui y Oyarzábal, reivindica el bosque y su aprovechamiento sostenible como origen de todas sus actividades y negocios. El plan estratégico hace hincapié en un máximo aprovechamiento de residuos y excedentes forestales con el objetivo de reducir los costes y mejorar la eficiencia en la producción de celulosa, explotar la biomasa (campo en el que pretenden ser una referencia mundial) y convertirse en un actor relevante en la producción eléctrica.

A la subida de Ence en Bolsa ha contribuido también la luz verde de Trabajo, difundida el jueves, a un expediente de regulación de empleo que contempla el despido de 64 trabajadores. Forma parte de las medidas de reestructuración y reducción de costes prevista en el plan estratégico. También ha ayudado a la revalorización de sus títulos la mejora en las recomendaciones de los analistas del Santander, basada en el aumento de capacidad de producción previsto en las plantas de Asturias y Uruguay y en las expectativas de una normativa que prime la biomasa.