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Columna
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PPanisakis

No puede obedecer a causas genéticas ni de educación ni de medio ambiente. Tiene que haber algo más, una razón parasitaria. De invasión de cuerpos, a la manera de las películas de ciencia-ficción de los años cincuenta.

La galopante vulgarización del discurso -de la cháchara, para escribir con mayor propiedad- de los políticos populares pillados con las manos en las empanadillas, o cuyos amigos tenían los brazos hasta el codo en el relleno de las ensaimadas, ha alcanzado un nivel de hundimiento ético y estético rayano en el esputo. Estábamos habituados, e incluso mostrábamos condescendencia -o más bien indiferencia-, a las babosidades y desplantes de los distintos miembros de la malaya grey, quizá porque no son sino descendientes de aquel gran violador de la verdad y de la inteligencia que fue Gil y Gil, que en mucha paz descanse, y ya nos temíamos y hasta esperábamos el desmelenamiento verbal ante su persecución por la justicia.

Mas, ¿también en Sa Illa de Sa Calma? ¿También en las queridas Canarias? ¿También en tan gentiles -doy fe- paraísos de la naturaleza y de la amistosa hospitalidad?

No puede deberse, esta última antología del disparate que se difunde por las ondas y contamina el éter, al mero ejercicio de la grosería propio de cada ser y sus respectivas levedades o pesadeces.

Hay más. La combinación de dos parásitos tipo anisakis pero cuyo propósito no es otro que pudrir la convivencia a través, es un decir, de la oratoria. Se trata, por un lado, de la insidiosa larva rodriguezpujaltis, cuya característica más definitoria sería que posee la tenacidad de la garrapata y la impermeabilidad facial del cemento armado. Por otro lado, no debemos desdeñar la influencia de otro parásito, no por encorbatado menos corruptor, llamado zaplanakis. Quienes mandan en el PP deberían proceder a congelar durante tres días a sus presuntos corruptos o corruptores -cocerlos a más de 60 grados me parece excesivo- a fin de que los mencionados bichitos pierdan toda virulencia.

Mas, ¿cómo va a ocurrir ello en un mundo en donde Aznar anuncia el fin del Estado y el advenimiento de su mujer como salvadora, y nadie le invita a ingresar en el sector papanatas del Guiness de los Records?

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