Zapatero y Rajoy se descalifican mutuamente por la política de inmigración

El debate en el Congreso sobre los resultados del Consejo Europeo celebrado el 15 de diciembre en Bruselas derivó ayer en el enésimo enfrentamiento sobre política de inmigración entre el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy. El segundo redujo la cumbre a "nada de nada" y dijo que España perdió todo su peso en Europa debido a la regulación masiva de inmigrantes decidida por el Gobierno socialista. Zapatero replicó que lo único anómalo fueron los 700.000 sin papeles que dejó el Gobierno del PP.

"En política, cuando la realidad es evidente, negarla es un retroceso. Negar que España ha estado en el origen de la política europea de inmigración es absurdo. Puedo decirle que es difícil llegar a sentarse en un Consejo Europeo, pero como no se llega nunca es negando la realidad y usando sólo la descalificación como arma", afirmó Zapatero.

Rajoy insistió, en cambio, en que el Consejo no había aprobado nada nuevo. "¿Cuántas son las directivas, cuántos los reglamentos aprobados bajo la presidencia finlandesa? ¿Y cuántos se han aprobado por la iniciativa o el peso del Gobierno que usted preside?", preguntó con insistencia. En un lenguaje despectivo -tachó al presidente de "aprendiz de brujo" y usó el sarcasmo sin medida-, aseguró que el único resultado de la cumbre de diciembre fue el acuerdo de que, en el futuro, habrá que informar a la Comisión de cualquier regularización masiva. "Ha conseguido que la UE se proteja contra usted", espetó.

Zapatero enumeró los acuerdos del Consejo recogidos en las conclusiones, que mayoritariamente fueron recomendaciones a la Comisión para que desarrolle recursos como la Agencia de Control de Fronteras (Frontex), que ha debutado en la crisis de Canarias, el sistema integrado de vigilancia de costas o los equipos de intervención rápida. Recordó que su Gobierno ha repatriado a 5.000 senegaleses sólo este año, mientras que los del PP dejaron a más de 20.000 sin papeles de Senegal en España y concluyó que tener a 700.000 personas en la ilegalidad, como hizo el Gobierno del PP, no tiene precedentes en ningún país de Europa. "Eso sí que no es gobernar", dijo el presidente.

Del resto de los partidos, se destacó CiU con una posición moderadamente crítica. Josep Antoni Duran insistió en que el plan de inmigración aprobado en Bruselas "no es tanto como se quiere presentar". Los demás consideraron que, aunque no refleje todavía una política legalmente definida, es importante porque refleja el primer debate en el Consejo sobre el tema y porque da orientaciones muy positivas para el desarrollo de esas políticas. Fue especialmente entusiasta Paulino Rivero, el portavoz de Coalición Canaria, que procede de la autonomía más afectada por el problema.