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La policía británica detiene a un sospechoso del asesinato de las cinco prostitutas

Tom Stephens, de 37 años, había sido interrogado cuatro veces antes del arresto

La policía británica anunció ayer la detención de un hombre de 37 años del que sospecha que es el asesino de cinco mujeres que ejercían la prostitución en Ipswich. El detenido es Tom Stephens, que trabaja en un supermercado y hace ocasionalmente de taxista, y que frecuentaba el barrio rojo de Ipswich. La policía le había interrogado en cuatro ocasiones antes de detenerlo por su relación con las mujeres, e incluso registró su casa el 22 de noviembre, cuando aún no había aparecido ningún cadáver pero se había denunciado la desaparición de dos de las cinco jóvenes.

La detención de Stephens se produjo a las 7.20 en su casa de Trimley Saint Martin, a las afueras de Felixstowe, apenas tres kilómetros de donde se han encontrado tres de los cinco cadáveres. El día anterior, el diario The Sunday Mirror había publicado una entrevista con Tom Stephens en la que este admite que responde al perfil del sospechoso y vaticina su detención, aunque se declara inocente.

La policía no ha acusado formalmente a Stephens de los crímenes, pero sí ha dejado claro que "ha sido detenido bajo sospecha de haber asesinado a las cinco mujeres", según la brevísima nota leída dos horas después de la detención por el detective jefe superintendente Stewart Gull, de la policía de Suffolk. Gull dijo que el detenido se encuentra en una comisaría de la región que no quiso identificar y explicó que la policía no va a hacer más declaraciones por razones legales.

La policía estuvo ayer registrando el domicilio del sospechoso, un pequeño piso de soltero que había comprado en octubre. Divorciado tras más de ocho años de matrimonio, Tom Stephens frecuentaba desde hace tiempo el ambiente de las prostitutas de Ipswich, según explicaba él mismo en la entrevista del Mirror y en otra que había concedido a la cadena de televisión BBC como mero material de documentación de audio, pero sin autorizar su difusión. La BBC decidió ayer, sin embargo, divulgar esa entrevista, de la que ha hecho llegar una copia a la policía.

En ambas entrevistas el sospechoso explica que conocía a las cinco chicas y en especial a Gemma Adams, la primera mujer que apareció muerta en un riachuelo, a la que trataba desde hace 18 meses. Pero que se sentía más cercano a Tania Nicols, la primera en desaparecer y la segunda en aparecer muerta. La conoció hace seis meses y desarrollaron una relación que alguna otra de las chicas pensaba que era casi un noviazgo. "No éramos novios pero creo que yo era lo más cercano a un novio que ella ha tenido y en comportamiento ella era lo más cercano que yo he tenido a una novia. No la amaba, pero tenía que haber estado allí por ella", dice en el Mirror.

"Confiaban en mí"

Tom Stephens reconoce que la policía ha hablado hasta cuatro veces con él, una de manera informal cuando le pararon en un control en la calle, y otras tres en comisaría, y que el 22 de noviembre estuvieron registrando su casa toda la mañana y se llevaron un ordenador portátil. "Puedo ser arrestado", reconoce. "Es bastante probable, por no decir probable, digamos que es posible", añade. El periodista replica que una cosa es que le interroguen y otra que le detengan, algo que sólo harían si le creen culpable. "He tenido la ocasión [de cometer los crímenes], las chicas confiaban totalmente en mí (...). Respondo al perfil que busca la policía, un hombre blanco de entre 25 y 40 años, que conoce la zona, que trabaja a horas extrañas. Los cuerpos estaban cerca de mi casa. Sé que soy inocente. Pero no tengo coartada para todas las veces; ni siquiera estoy seguro de tener coartada para ninguna de las veces", reconoce.

El entrevistado asegura que es de buena familia y que por eso no tiene el acento de la zona a pesar de haber nacido en Ipswich. "Vengo de buena familia. Hoy ya sólo tengo a mi madre. He sido un hijo muy malo y ella está muy enferma", reconoce.

"¿Por qué no se busca una novia en lugar de ir con prostitutas?", le preguntan. "Sobre el papel debería ser un hombre atractivo, pero hay algo en mí que a las mujeres no les gusta", reconoce.

La policía registró anoche una segunda vivienda, en el norte de Ipswich, que se cree es la de la madre del detenido. El hecho de que Stephens conociera a las cinco mujeres y que pueda así justificar la hipotética presencia de huellas o restos de ADN en su casa o coche puede complicar los intentos de la policía para encontrar pruebas contra él. A falta de una confesión, recuperar las prendas que éstas llevaban puestas el día en que murieron parece fundamental. La policía dispone de 96 horas para interrogarle antes de decidir si presenta cargos contra él o le deja en libertad. Stephens puede ser el asesino, pero también podría ser inocente o ser un cómplice del verdadero asesino. La policía, más de 400 detectives llegados de todo el país, sigue investigando.

El Obispo, en Internet

Tom Stephens se llama a sí mismo El Obispo en el perfil que había escrito sobre su persona y que tenía colgado en el sitio de Internet My Space, una página que busca poner en contacto a gentes con intereses y aficiones comunes.

En su perfil, el hombre detenido ayer por la policía, se define como heterosexual interesado en "citas, relaciones serias y amigos". "Ponerse en forma" es una de sus aficiones favoritas y también la música, especialmente la de los años ochenta.

Publica una serie de fotografías de sí mismo que intentan ser graciosas pero tienen algo de siniestras. En una aparece con un gorro de playa, en otra sostiene un pote de polvos para hacer natillas y en otra aparece con los ojos cerrados pero con unos ojos abiertos dibujados en los párpados.

Asegura que trabaja en el supermercado Tesco "desde 1997 hasta que me echen", cosa que podría ocurrir pronto. De momento la cadena confirmó ayer que ha suspendido el contrato a la espera de que se resuelva su detención a un trabajador de su establecimiento en Martlesham, el mismo en el que trabaja Stephens en lo que él define como "haciendo de líder de grupo".

El detenido cita entre sus héroes favoritos a Jesucristo, Ghandi y Hong Kong Phooey, un personaje de dibujos animados. Asegura que le encantan los críos "pero no para mí" y que no ve la televisión demasiado a menudo.

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