Varias ex educadoras de la guardería ratifican las vejaciones a los niños

Varias ex educadoras de la guardería vitoriana Primeros Pasos ratificaron ayer la existencia de malos tratos a los menores de este centro (de 0 a 3 años) por parte de la directora y de dos educadoras de la plantilla. En la segunda sesión del juicio contra las tres acusadas, varias ex alumnas en prácticas aseguraron que durante su estancia en la escuela las vejaciones a los niños eran habituales, especialmente durante las comidas.

Durante toda la jornada desfilaron testigos propuestos por la acusación, especialmente educadoras que realizaron sus prácticas en la guardería vitoriana. En esencia, coincidieron con la declaración que prestó el jueves la testigo de cargo, María Victoria Barroso, quien se mostró contundente a la hora de relatar los malos tratos, vejaciones y humillaciones que supuestamente sufrieron los pequeños durante su estancia en el centro, de febrero de 2001 a noviembre de 2003.

Durante la sesión de ayer, Ainhoa Aguero, quien trabajó en prácticas en Primeros Pasos entre marzo y mayo de 2001 y con contrato normal en junio y julio del mismo año, explicó que la primera ocasión que vio un mal trato fue en la Semana Santa de ese ejercicio. La directora, María Luisa Estíbaliz, puso una bayeta en la boca de una niña y le golpeó porque no quería comer, según el testimonio de Aguero. La escena se repitió con las otras dos acusadas, Aurelia Serrano y Estíbaliz Urarte. "La comida era el momento de mayor tensión", dijo Aguero, quien recordó lo que la directora le dijo en una ocasión y que, de alguna forma, marcó la trayectoria de la alumna en prácticas: "Había una niña que comía muy mal. Marisa [la directora] me dijo que de esa niña se encargaba ella, que había que darle dos sopapitos y que yo no iba a hacerlo".

Mentiras a los padres

La ex alumna hizo hincapié en que se obligaba a los pequeños a comer sus vómitos y que se mentía habitualmente a los padres diciéndoles que los pequeños habían comido muy bien, cuando en realidad habían devuelto. "Se les daba el vómito; la comida que devolvían procedía del estómago", precisó. A preguntas del juez, cifró entre 20 y 30 las agresiones cometidas por la directora que ella llegó a presenciar y de 15 a 20 por parte de Serrano, quien se ocupaba de los bebes.

Ainara Santos fue la segunda en testificar. En su caso, trabajó en prácticas entre enero y junio de 2002 en el aula de 2-3 años, junto a Estíbaliz Urarte, la tercera acusada y responsable de ese aula. "Los malos tratos se producían en las comidas. En ese momento [las acusadas] perdían los nervios", testificó Santos.

La ex alumna repitió los episodios ocurridos con la bayeta y cómo algunos pequeños eran obligados a tragar su vómito. Santos habló con su tutora de lo que estaba ocurriendo y en su informe final de balance de las prácticas redactó lo siguiente: "He aprendido a saber cómo no hay que ser. De lo malo también se aprende". La tutora le comentó que "aguantara como pudiera", pues estaba muy cerca el final de su período de aprendizaje.