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El futuro de la fiesta

La mayoría de los vendedores de los Encants rechazan el traslado a la Monumental

Los partidarios de dejar Glòries valoran el edificio, pero temen el precio del alquiler

Los comerciantes del mercado de los Encants amanecieron ayer con una noticia sobre su futuro: la propuesta de trasladar los tenderetes a la plaza de toros Monumental. Nadie les había dicho nada. La primera reacción fue de incredulidad ante la enésima sugerencia de cambio sin que nunca se concrete nada. Luego se pasó a evaluar la posibilidad. La mayoría son partidarios de quedarse en Glòries, pero algunos preferirían estar en un espacio cerrado donde, previsiblemente, la comodidad sería mayor. El temor era el precio del alquiler que se les pueda imponer.

"Es la primera noticia que tengo", decía una sorprendida tendera entre las barbacoas de su puesto. Su vecino de callejuela -"me llamo Nadal", dijo- corroboraba sus palabras: "Lo cierto es que nunca nos dicen nada en serio". Y lo poco que sabía ayer, de hecho, no era más que "palabrería". "Primero fue la Zona Franca, luego el Forat del Vent en el barrio de Horta, e incluso el cercano Bosquet dels Encants, así hasta 10 sitios diferentes", pero, según Nadal, siguen igual que hace unos años.

La hipótesis de la plaza de toros recibió casi tantas críticas como las anteriores. "¿Para qué queremos ir a la Monumental? Aquí estamos bien, tan sólo necesitamos una mejor infraestructura", explicaba José Rodríguez. Y añadía: "Lo que se podría hacer es desplazarnos dentro de esta área, 100 metros más allá, o incluso un poco más, pero siempre en el entorno de las Glòries". Javier Castro señalaba el "carácter histórico del mercado" para rechazar el cambio de ubicación. "Su nombre es els Encants de Glòries", decía. "¿Qué sentido tiene movernos a otro sitio por el que no se nos conoce?". En su opinión, les lleven adonde les lleven, saldrán perdiendo.

Pero no todos los feriantes veían con tan malos ojos el traslado. "La Monumental no queda lejos... ¡así que el cambio no sería tan traumático, Armando!", le espetaba un comprador a su tendero habitual. "Lo que sí me preocupa es el precio que nos empezarían a cobrar, porque ese lugar es mejor y todo se paga", le respondió éste. Nadal, por su parte, sí apreció otras ventajas en esta posible reubicación, próxima a Marina. "Tiene una parada de metro al lado, y desde luego, mejor allí que fuera de la ciudad como nos ofrecieron en un principio", decía mientras golpeaba el tubo metálico de una lavadora. En el bar Bellcaire, situado dentro del recinto, tampoco creían que fuera mala idea, "ya que las plazas de toros están empezando a vaciarse para meter comercio en su lugar, como ha pasado ya en las Arenas", comentaban varios camareros.

Otro asunto es el fin de las corridas en la plaza. "Me alegro mucho de que no haya más", decía José Burgueño. "¡Que se acabe esa masacre de animales!", exclamaba con determinación. Ahora bien, "ahí no cabemos todos", comentó este anticuario y coleccionista, para explicar que son más de 200 los tenderos registrados en el mercado. "Aquí tenemos aparcamiento para todos, incluso para los visitantes, y la gente de toda la ciudad sabe dónde encontrarnos". Pero su rechazo se debilitaba pensando que la plaza de toros quizá les pueda resguardar de la lluvia. Y es que Burgueño no tiene una caseta, sino una parcela en el suelo y bajo el cielo. Por ello extiende sus antigüedades sobre la tierra cada día, así que contar con un techo ayer, con lluvia, le parecía algo maravilloso. "Sobre todo en invierno o primavera, podríamos dejarnos de plásticos", dijo.

Víctor Gómez se unió a quienes confesaron celebrar el fin de las corridas de toros, "pero no a nuestra costa", puntualizaba. "Habrá que negociar", zanjó. Pero,lejos del debate sobre la reubicación se encuentran muchos otros comerciantes, inmigrantes en su mayoría, que negocian en las aceras adyacentes. "Si ellos se van, nosotros también", acertaba a decir un extranjero que prefirió el anonimato.

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Uno de esos extranjeros es Hicham, amigo de Burgueño. Llegó hace unos años a Barcelona. "Lo suficiente para entender", afirmó, "que el mercado de los Encants tiene una magia especial; si nos cambian de sitio, perderá su encanto". Burgueño, barcelonés de toda la vida, asentía con la cabeza.

Han colaborado en esta información Ana Huguet, Fermín Robles, David Casals, Ander Ruiz y Laura Clavijo.

Los internautas opinan

La publicación de la noticia hizo que los internautas vertieran sus opiniones a lo largo del día en los múltiples foros de Internet vinculados o no al mundo del toro. La web de EL PAÍS recibió más de 200 comentarios. Muchos internautas celebraban que fuera Barcelona la primera en dar "un paso adelante" para acabar con una tradición que consiste en la "tortura" de animales. Otros lectores defendían el arraigo de las corridas de toros en la cultura española, pedían que no se politice el asunto y que el debate quede al margen de los nacionalismos. En Elburladero.es, algunos aficionados al toreo opinaban que la Monumental registra una baja entrada debido a la mala gestión de Balañá y a la escasa promoción que hace de las corridas.

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