Hernández Sande, incubador de empresas
El catedrático compostelano rechazó la propuesta de Emilio Botín, que quería ser el accionista mayoritario de su vivero de empresas
Los éxitos cosechados por Uniemprende, el programa de creación de empresas de la Universidad de Santiago (USC), pusieron los dientes largos a Emilio Botín, presidente del Santander Central Hispano (SCH), que propuso implicarse en la iniciativa como accionista mayoritario.
Según el creador de esta plataforma que transforma las ideas y el conocimiento en negocios, Carlos Hernández Sande, "el Santander está desde el principio en este proyecto, y quizá le vaya bien en esta historia", sin embargo, en un programa de este cariz no puede haber situaciones preferentes: "Yo nunca doy posiciones prioritarias a nadie", recalca Sande, "no hay un inversionista ancla ni puede haberlo. Hay varios de tres millones de euros, hay varios de dos millones o dos y medio, pero no hay ninguno de cuatro o de cinco".
"Convertimos las ideas en riqueza poniéndolas en el camino de la autofinanciación"
"Los universitarios de EE UU quieren ser emprendedores, los de aquí, funcionarios"
Hoy hay tres accionistas de primera categoría en Uniemprende: Caixanova, Caixa Galicia y el SCH. Hace cuatro años, cuando el rector propuso a Carlos Hernández (entonces director del Instituto de Investigaciones Tecnológicas) crear un vivero de empresas, éste consideró que lo prioritario era armar una estructura financiera para apoyar el I+D. Hernández se puso a buscar apoyos económicos para crear Unirisco, y en una primera etapa (la autonómica) de la aventura se sumaron las universidades gallegas, Caixanova, Caixa Galicia, el Banco Portugués de Investimento y el Banco Pastor, además de cuatro inversores procedentes del mundo empresarial: San José, Inditex, el Consorcio Zona Franca-Puerto de Vigo y R.
Con este colchón, Uniemprende empezó a financiar proyectos. Pero enseguida llegaron propuestas de Cataluña, de Valencia, de Andalucía y de Madrid, y Unirisco tuvo que constituirse como empresa de capital riesgo de ámbito nacional. Durante año y medio, Hernández visitó "65 instituciones y empresas" que le dijeron muchas veces que no. Pero al fin logró crear Uninvest, una sociedad gestora de capital riesgo que trabaja con un fondo patrimonial (I+D Unifondo) de 20 millones de euros. Este capital fue aportado por los ministerios de Economía e Industria, el Fondo Emprende de la Xunta, el SCH, el banco Espírito Santo de Portugal, Caixa Galicia, Caixanova, el Grupo San José e Inditex.
Jamás satisfecho, Hernández levanta ahora un nuevo capital riesgo, el Fondo Europeo de las Ciencias de la Vida. Y por esta aventura también ha mostrado interés el presidente del Santander. "Hace seis meses, me dijo Botín: 'hasta que levante un fondo europeo, usted no para", recuerda el compostelano. Pero es que Botín, que es presidente de Universia, el mayor portal universitario de Internet en español y portugués, lleva tiempo siguiendo de cerca todos aquellos planes orientados a la comercialización del conocimiento.
Uniemprende es el programa génesis. Y dentro de éste, el equipo de Hernández ha montado toda una cadena que enlaza la investigación con la financiación y la puesta en marcha de una empresa. "Es decir", en palabras del catedrático, "convertimos en riqueza las ideas poniéndolas en el camino de la autofinanciación".
Aunque ya ha intervenido en 44 iniciativas, ahora Unirisco está presente en 18 operaciones dentro de empresas de base científica y tecnológica gallega. "Se crea una empresa, hay una estructura que la financia y otra que la vuelve nacional". Las inversiones van "desde los 20.000 euros hasta los 3 millones". Y dentro de la cadena hay otros eslabones como, por ejemplo, Uniguarantees, "un sistema de garantía recíproca para el emprendimiento"; Uniban, la primera red de business angels (asesores y promotores de proyectos empresariales) creada por una universidad del país; Uninova, una incubadora de empresas; o Unimicro-C, el primer sistema de microcréditos del sistema universitario español.
Este tipo de iniciativas son el pan de cada día en EE UU desde hace 25 años, pero en España, sólo el 2% de los profesores universitarios se embarcan en proyectos empresariales y en las aulas el porcentaje de aventureros "no pasa del 12%". "Si le preguntas a un chico estadounidense qué quiere ser, te dirá que emprendedor; pero aquí, te dirá que funcionario", lamenta Hernández.
Unirisco es la sociedad de capital riesgo dedicada a I+D más grande de Europa por número de instituciones. Bajo esta cobertura, que tiene categoría de sociedad anónima (no de convenio de colaboración) están 600.000 alumnos, 45.000 profesores, 600 departamentos universitarios, 18 oficinas de transferencia tecnológica, 21 universidades españolas, 5 lusas y 135 centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
En este momento, Uniemprende tiene invertidos 6 millones de euros. Esta sociedad apoya las iniciativas con menos del 50% para no pesar más que el propio promotor, y este apoyo es siempre temporal, de tres a cinco años. El pacto de recompra se sella ya cuando se hace la inversión.
La única garantía que Uniemprende exige para el acuerdo es el propio proyecto, e invierte en cualquier idea que haya salido de una universidad. Incluso de las que no están asociadas. E incluso si la idea emprendedora ha surgido del personal administrativo del campus.
"Ningún empresario empezó facturando 1.500 millones de euros", dice Hernández, "todos tuvieron que aprender". Y en ese camino ya ha puesto Uniemprende a algunos universitarios. En pocos años, estarán en boca de todos empresas como Galicia Banner, Helionova, Keramat, Zygos, Nanogap o Galchimia.
Jacobo y Carmen, dos químicos orgánicos que ahora son matrimonio, crearon Galchimia en O Pino y, gracias a Uniemprende, se han aliado con tres de las farmacéuticas más conocidas de España (Almirall, Esteve y Uriach) para realizar procesos de síntesis. En 2001 tenían un cliente y ahora tienen 51 en todo el mundo. Y de 30.000 euros que facturaban, han pasado a 1.300.000. Eran dos trabajando y ahora son 20.
"El activo más valioso es la gente"
"Tengo este estilo tan directo al hablar porque ya no me sobra el tiempo. Llevo en la universidad 36 años, pero este proyecto no hubiera podido acometerlo antes. Me hacía falta fuerza moral, y eso sólo se logra con los años", explica Hernández Sande. "Yo era un profesor que protestaba porque el sistema universitario no ayudaba a que las ideas de los investigadores tuviesen impacto social. Y hace cuatro años, el rector Darío Villanueva me dijo 'ahora te voy a castigar: te dejo que hagas eso que dices que no existe".
Hoy, el nombre de Carlos Hernández (Santiago, 1945) aparece en el Financial Times. Catedrático de Física Aplicada durante 10 años, de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial después, y, desde el 20 de octubre, catedrático Unesco de Innovación y Gestión de la Cultura Emprendedora, Hernández defiende que el gallego tiene mucha iniciativa pero que, por culpa del entorno, tiene que emigrar.
"Y eso no puede ser, porque el capital intelectual es escaso". El activo más valioso de este fin del mundo "es la gente". Desde que se concibe un niño hasta que termina de formarse, se ha invertido en él "mucho tiempo, muchos esfuerzos y mucho dinero, y todo esto no se puede echar en saco roto". A esos jóvenes que a los 24 años terminan de estudiar "no les creamos un tejido laboral y acaban marchando a Bruselas o Massachussets, donde se benefician de nuestra inversión".
El conocimiento se puede trasladar. Por eso Uniemprende crece y se expande. El fin de la universidad, además de la docencia y la investigación, es "crear riqueza o ayudar a crearla". Una universidad "sin impacto socioeconómico debe plantearse seriamente el cerrar".
"La mujer es más emprendedora"
Uno de los últimos eslabones que Carlos Hernández ha sumado a la cadena se llama Woman Emprende y su directora es Eva López. La USC tiene un 65% de mujeres y un 35% de hombres, pero en los concursos de ideas se invierte la población: son los hombres los que se presentan.
"Soy de los que creen", confiesa Hernández, "que la mujer es más emprendedora; pero sus prioridades, su jerarquía de valores, le hacen sacrificar su carrera" por la familia. "Mi sueño es lograr en emprendimiento femenino la misma tasa de la población natural universitaria". Woman Emprende va camino de conseguirlo, porque ha alcanzado ya uno de los porcentajes de proyectos femeninos más altos de España: un 25% del total.
"Las mujeres tienen los mismos derechos, pero no las mismas oportunidades". Si un hombre y una mujer "van a la misma estructura financiera buscando apoyo para el mismo proyecto, al hombre no le pondrán las mismas condiciones que a la mujer", afirma el catedrático.
Woman Emprende proyecta incluso "una escuela para bebés emprendedores". "Sólo un hombre es capaz de preguntar a una mujer si prefiere a su hijo o a su empresa", continúa Hernández. "Eso es una estupidez: el sistema debe dar facilidades a las emprendedoras. Por ejemplo, que sus bebés estén atendidos por psicólogos especializados en estimulación precoz". Esto será "una inversión de futuro, porque estos niños", que son hijos de emprendedores, "quizás tengan una buena herencia genética intelectual". No se trata de que el sistema sea "generoso", sino "interesado": "¿Cómo va a desperdiciar el 65% de sus activos? El dinero es mucho más fácil de conseguir que las buenas ideas".
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