La policía mexicana detiene a un dirigente de la revuelta de Oaxaca
Flavio Sosa, el líder más reconocible de la revuelta en el Estado de Oaxaca, es el primer detenido de renombre en México desde la toma de posesión del presidente Felipe Calderón, hace tres días. Sosa, sobre el que pesaba una orden de detención por sedición, secuestro, incitación a la violencia y destrucción de bienes públicos, fue capturado el lunes por la noche en la capital mexicana en un espectacular operativo policial.
El líder de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) fue trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano (antes La Palma), en el Estado de México, donde cumplen condena algunos de los capos de la droga. Sosa fue detenido junto a su hermano Horacio y otros tres dirigentes de la organización a petición de las autoridades oaxaqueñas, que les acusan de sedición, incitación a la violencia y ataques a vías de comunicación, entre otros delitos.
Algunos analistas consultados interpretan la detención como una señal de mano dura por parte del Gobierno de Calderón y, especialmente, del ministro de Gobernador, el cuestionado Francisco Ramírez Acuña. Las detenciones se produjeron a la salida de una conferencia de prensa de la APPO en la capital mexicana, donde los convocantes insistieron en su voluntad de diálogo y la disposición a encontrar una solución a la crisis de Oaxaca, que comenzó en mayo pasado.
Minutos antes de la rueda de prensa, Sosa anunció para hoy una reunión de dirigentes de la APPO con el subsecretario (viceministro) de Gobernación. Antes de su detención, aseguró que el Gobierno de Oaxaca, que preside Ulises Ruiz, había dictado órdenes de captura contra los 200 dirigentes de la APPO. "Se está deteniendo a mucha gente en la calle de Oaxaca, se les fabrican órdenes de aprehensión; hay paramilitares que detienen a la gente y se la entregan a ministerios públicos ambulantes", declaró Sosa. El líder del movimiento rebelde oaxaqueño no estaba en la clandestinidad, aunque precisó que tomaba "algunas precauciones, porque el señor Ulises Ruiz es terrible".
Sosa y otros destacados dirigentes de la APPO huyeron de Oaxaca camuflados en vehículos el pasado 30 de noviembre ante la oleada represiva desatada por las fuerzas de la Policía Federal, enviadas desde la Ciudad de México, y grupos paramilitares sin identificar que patrullan por la ciudad en vehículos sin matrícula.
El portavoz de la APPO, Florentino Pérez, anunció desde la clandestinidad la celebración de una asamblea extraordinaria de más de 200 delegados de la organización para discutir qué pasos dar en respuesta a la detención de Flavio Sosa. Aseguró que no claudicarán en su lucha por la salida del gobernador Ruiz. La situación en Oaxaca ha experimentado un vuelco desde los graves enfrentamientos del pasado 25 de noviembre, que terminaron con varios edificios incendiados y un gran número de detenidos. Tras aquella violenta jornada, la Policía Federal ha pasado a la ofensiva en la busca y captura de militantes o simpatizantes de la APPO. En los operativos participan policías del Estado y grupos armados no identificados.
El pintor Francisco Toledo, máximo referente de la vida cultural de Oaxaca, participó en los fallidos intentos de mediación para intentar encontrar una salida a la crisis. Hoy el artista observa con preocupación y pesimismo la situación en su ciudad, y advierte que hay "un gran desorden y la población vive un gran miedo, porque las últimas semanas han sido terribles". En opinión del pintor, Oaxaca está "al borde de una guerra civil".
La fiscal Lizbeth Caña Cadeza niega la existencia de escuadrones de la muerte o de sicarios que realizan detenciones ilegales, y asegura que no investigará hasta que haya denuncia formal. "Creo que ella nunca ha hecho nada", ha declarado el pintor Toledo. "Por ejemplo, la radio que apoya al Gobierno, Radio Ciudadana, incita al crimen, al linchamiento. Cómo es posible que Gobernación y la señora Caña no intervengan, cuando cierran las radios comunitarias porque aducen estar preocupados por el mensaje que emiten".
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