Las grandes potencias negocian a la baja las sanciones contra Irán

Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EE UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) y Alemania trataban anoche en París de consensuar un acuerdo para forzar al régimen de Teherán a suspender su programa de enriquecimiento de uranio. Todo parecía indicar que el acuerdo, de alcanzarse, sería a la baja. Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, advirtió ayer a las potencias europeas de que consideraría un "acto hostil" cualquier resolución en su contra.

Poco antes del comienzo de la reunión, a las 18.00 en el Quai d'Orsay, sede del Ministerio de Exteriores en París, las declaraciones del jefe de la diplomacia francesa, Philippe Douste-Blazy, y del subsecretario de Estado norteamericano Nicholas Burns, dejaban entrever cierto pesimismo. Douste-Blazy hizo un llamamiento a la "unidad", aunque admitió: "No sé si tendremos un acuerdo esta noche". Burns, por su parte, predecía que no iba a producirse ningún "avance" de importancia.

El borrador elaborado por los países europeos contempla no sólo restricciones y sanciones económicas contra Irán en el campo nuclear y balístico, sino también una larga lista de sanciones individuales contra los ciudadanos o las empresas iraníes involucradas, desde la prohibición de viajar hasta la congelación de cuentas corrientes. Rusia se opone a esto último y pretende suavizar el texto europeo, apoyada por China. EE UU, por el contrario, desearía endurecerlo, aunque sólo fuera en el tono.

Los negociadores europeos están dispuestos a ceder con tal de sacar adelante un texto creíble "que preserve la credibilidad del Consejo de Seguridad de la ONU", según explicó un diplomático francés citado por France Presse. Burns, por su parte, se limitaba a decir: "Tenemos necesidad de que China y Rusia pasen a una velocidad superior".

Por su parte, el presidente iraní advirtió ayer de que Irán reconsiderará sus relaciones con las tres potencias europeas si respaldan una resolución de la ONU contra su programa nuclear. "Les digo con el lenguaje más claro posible que a partir de ahora si intentan, mediante su propaganda o a través de las organizaciones internacionales, tomar medidas contra los derechos de la nación iraní, ésta lo considerará un acto hostil", dijo Ahmadineyad en un discurso transmitido por la televisión oficial. "Forma parte de la retórica", dice un embajador europeo que recuerda que se viven vísperas electorales, "cuando siempre se sube el listón".

El 15 de diciembre los iraníes elegirán a los miembros de los Consejos Municipales y de la Asamblea de Expertos, un órgano clerical encargado del nombramiento y destitución del líder supremo. Irán, cuyo programa nuclear despertó sospechas al descubrirse en 2002 que lo había ocultado durante 20 años, rechaza la resolución 1.696 de la ONU que en julio le exigió suspender el enriquecimiento de uranio.