Tiendas XXL para tallas XS

Sábado tarde. Miles de jovencitas, entre las que me incluyo, salen con sus amigas a centros o zonas comerciales para desbarajustar las tiendas, probarse ropa y, por supuesto, comprar algo. Vayas al centro que vayas, recorras la calle que recorras, siempre encuentras las mismas marcas. Son tiendas preciosas, decorados de infarto y luces de espectáculo, desorden y caos aparte. Locales grandes, muy grandes con el tipo de ropa estratégicamente colocada. Entré a probarme unos pantalones y... 34, 36, 34, 36, 38, 32 ¡¡¡32!!! ¿Quién utiliza una 32? Su diámetro de cadera es el de una niña de seis años... y, ¿dónde está mi 40? Acomplejada como nunca, cogí la 38 para intentar salvar mi autoestima y me fui al probador. No me sorprendí, no era mi talla, sin embargo, sí me sorprendieron los comentarios de un grupo de quinceañeras en el probador de al lado. Animaban a su "amiga" a comenzar una dieta porque, y cito textualmente: "Deja de cenar, tía, a la Meri le funcionó, ahora lleva la 34 y a ti no te cierra la 36". ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué sociedad estamos creando? Pesamos en la báscula a cientos de modelos para dar ejemplo a Europa y a pie de calle empujamos a la anorexia y a la bulimia. ¿Por qué siempre se critica a los gordos? ¡Critiquemos la delgadez extrema! Dejémonos de tanto dar la nota ante Europa y preocupémonos un poco más por los de casa: son nuestro futuro. Un poco de sensatez.