Blair decide renovar la fuerza de disuasión nuclear británica
Reino Unido invertirá en el plan 30.000 millones de euros en treinta años
El Gobierno británico tomó ayer la decisión política de llevar adelante la renovación de su sistema nuclear disuasorio de submarinos atómicos con misiles balísticos intercontinentales de cuatro cabezas nucleares. La decisión final será adoptada por los Comunes en marzo próximo, pero la votación será un trámite, porque la apuesta de Blair por mantener la capacidad nuclear tiene el apoyo del Partido Conservador y asegurada la mayoría de la Cámara.
Blair afirmó que la decisión, que supondrá una inversión de 22.500 a 30.000 millones de euros en tres decenios, se ajusta a los derechos y obligaciones asumidas por el Reino Unido como firmante del Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear. El primer ministro subrayó que su país es la única potencia nuclear que ha reducido a uno solo su sistema disuasorio, los submarinos, a diferencia de Estados Unidos y Rusia (que pueden lanzar bombas nucleares desde tierra, mar y aire), Francia (mar y aire) y China (mar y tierra). Además, enfatizó, si los expertos así lo aconsejan, se reducirá de los cuatro actuales a tres el número de submarinos y de 200 a 160 el número de cabezas nucleares.
Blair admitió que quienes defienden el desmantelamiento del sistema de defensa nuclear porque se ha acabado la guerra fría tienen buenos argumentos, pero advirtió de que "no podemos tener la certeza de que en los próximos decenios no pueda aparecer una potencia nuclear que amenace nuestros intereses estratégicos". En ese sentido, subrayó que "hay una nueva amenaza de riesgo potencial procedente de Estados como Corea del Norte, que asegura haber desarrollado armas nucleares, o Irán, que está incumpliendo sus obligaciones en materia de no proliferación, y hay también una posible conexión entre alguno de esos Estados y el terrorismo internacional". "Vale la pena señalar", continuó, "que no hay ninguna potencia nuclear que en estos momentos esté ni siquiera considerando la posibilidad de deshacerse de sus capacidades nucleares de forma unilateral y, en esas circunstancias, sería insensato y peligroso para Gran Bretaña ser la única potencia nuclear que renuncia a su capacidad disuasoria nuclear independiente". Blair descartó la posibilidad de sustituir el sistema de submarinos nucleares por aviones con misiles de crucero porque el programa de diseño y fabricación de un avión capaz de transportar misiles nucleares "sería enormemente caro". Descartó la creación de silos terrestres porque "un sistema basado en tierra sería muy problemático en un país tan pequeño como el Reino Unido y un objetivo demasiado fácil". Ese segundo problema hace inviable la opción de utilizar buques de superficie. "Un sistema disuasorio basado en submarinos es lo mejor", concluyó.
Aunque el armamento nuclear fue un factor de enorme polémica interna en el Partido Laborista en el pasado, ahora sólo una porción relativamente modesta de diputados laboristas amenaza con rebelarse contra la propuesta del Gobierno. Pero incluso una rebelión de cierta importancia tendría consecuencias políticas limitadas. Por un lado, porque la tradicional guerra Blair-Brown no parece llamada a tener ningún papel relevante cuando los Comunes voten en marzo la renovación del programa de defensa nuclear debido a que Brown ya se ha declarado a favor de renovar el programa Trident.
Por otro lado, los tories están a favor de la propuesta del Gobierno y ni siquiera los liberales-demócratas están realmente en contra y se limitan a pedir que se dejen pasar unos pocos años antes de tomar una decisión. Su influencia en las elecciones escocesas de mayo será relativa porque la base de submarinos nucleares está en Escocia y no parece que pedir su cierre vaya a ser una manera muy efectiva de hacer daño al Gobierno, que propone que siga abierta durante varios decenios más.
Del Polaris al Trident
Tradicionalmente, Estados Unidos ha suministrado los misiles y el Reino Unido ha fabricado las cabezas nucleares y los submarinos para lanzarlos, y es su primer ministro quien tiene la última palabra, la orden de lanzar un misil.
Los viejos misiles Polaris de los años sesenta fueron sustituidos por los Trident. Se necesitaron 17 años desde que, en 1975, se decidió sustituir los Polaris hasta que zarpó el primer submarino nuclear Vanguard cargado con los Trident. El Vanguard, que tiene una vida de 25 años más una pequeña prórroga, fue botado en 1992 y debería jubilarse hacia el año 2024. Por eso el Gobierno británico sostiene que ha de tomar ahora la decisión de poner en marcha la nueva generación de submarinos nucleares.
Gran Bretaña dispone ahora de cua-tro (Vanguard, Victorious, Vigilant y Vengeance), de los que uno está siempre en dique seco y uno ha de estar siempre patrullando. Con la nueva generación de submarinos quizá basten tres para poder cumplir el requisito de que uno esté siempre de servicio y dispuesto a lanzar su arma mortal si así lo ordena el primer ministro.
Cada submarino puede llevar hasta 16 misiles y cada misil hasta cuatro cabezas nucleares, cada una de ellas con una potencia ocho veces superior a la de Hiroshima. Según anunció ayer Tony Blair, los nuevos submarinos se fabricarían en el Reino Unido.
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