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Reportaje:

Picasso por Picasso

La Pedrera conmemora la mítica exposición que el artista malagueño realizó en 1960 en la Sala Gaspar

Día 30 de noviembre de 1960. Toda Barcelona acude al que se convertirá en el evento artístico, social y también político del año: una exposición de 30 pinturas de Picasso, todas inéditas y elegidas personalmente por el artista, en la Sala Gaspar de la calle del Consejo de Ciento. Aquella legendaria monográfica, Picasso. 30 cuadros inéditos, 1917- 1960, todo un hito en el apagado panorama cultural de la España franquista, se plasma en un conjunto de testimonios gráficos y documentales que conforman Picasso. Sala Gaspar. Barcelona 1960. Imágenes de una exposición, una propuesta del crítico y historiador del arte Francesc Yvars, abierta en el entresuelo de La Pedrera, sede de la Fundación Caixa Catalunya, hasta el 7 de enero. "Picasso se convirtió en comisario de su propia obra para acercarse a los catalanes. Hasta entonces había intervenido directamente en un montaje, sólo con ocasión de su primera retrospectiva en París, en 1932", indicó Yvars.

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Las grandes fotografías de David Douglas Duncan -quien, a pesar de su avanzada edad, participará en una charla con el comisario el 13 de diciembre- hacen revivir el asombro del público, que deambula bajo la divertida mirada de dos guardias urbanos en uniforme de gala. "El franquismo intentó neutralizar la audacia del cuarteto de los Gaspares -Joan, Miquel, Elvira y Filomena- apoyando la exposición y enviando incluso un par de ministros a la inauguración. Su extraordinario éxito dio inicio a la recuperación de Picasso y a las negociaciones que llevarían, tres años después, a la apertura del museo barcelonés", explicó Yvars.

Camilo José Cela, Antoni Clavé, al abad de Montserrat, Jaume Sabartés y los editores Gustau y Anamaria Gili son algunos de los personajes célebres retratados en las pequeñas imágenes en blanco y negro que, junto a recortes de prensa, grabaciones del No-Do, libros dedicados y objetos de la época, se exhiben en una mesa que reproduce la planta de la galería, cerrada tras la muerte de Miquel Gaspar, a principios de la década de 1990.

"Las telas llegaron con un permiso temporal como material de circo", recordó Joan Gaspar hijo, quien ha recogido el legado de su padre y continúa su actividad como galerista en la Sala Gaspar de la plaza de Letamendi.

Aquellas 30 obras, de las que sólo cuatro estaban a la venta, ahora se exponen en el Museo Picasso de París y pertenecen al Estado francés, que las recibió en pago de derechos de sucesión. "A pesar del entusiasmo generado, entonces no se vendió nada. La normalización del mercado de Picasso se produjo lentamente a lo largo de las décadas siguientes", apuntó Yvars. Con motivo de la exposición, se ha editado un catálogo facsímile que cuenta con un prólogo de Jaume Sabartés.

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