_
_
_
_
CONTRASEÑA | Olga Sant
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Generación Internet

"Aquí aprendemos todos de todos cada día, intentamos que no haya miedo a arriesgarse y equivocarse. Si tienes miedo no actúas: esta es la marca de la casa". Lo ha dicho como quien explica un cuento, relajadamente, lo más normal del mundo. Es matemática, de 35 años, dirige dos pequeñas / grandes empresas (véase www.Abilbo.com) en las que 35 personas tan jóvenes como ella llevan a la práctica el lema innovar o morir. "Somos una ameba: una empresa de servicios ha de adaptarse al medio social", puntualiza. Diseño, experiencias de marca, implantación, comunicación; palabras genéricas de una realidad tangible: conocimiento, sociedad de la información y, lo más importante, relación con la gente, entre la gente. "Trabajamos especialmente en Internet, que es algo palpitante, de cambio rapidísimo, pero también con papel", dice para expresar que su trabajo se toca, se ve, se siente y se instala en la vida de miles de personas a través de múltiples formas de comunicación. "Gestionamos las oportunidades que nos da la tecnología, tratamos de ponerlo fácil para el usuario": para ello diseccionan las más profundas entrañas de la red. He aquí el objetivo: que la gente encuentre lo que busca en la enorme maraña de la oferta.

Se dice rápidamente, pero Internet es un mundo infinito e incomprensible cuando se es sólo uno de los 14 millones de sus usuarios españoles (no especializados). "Es imprescindible un equipo capaz de proponer, imaginar. Nuestros proyectos siempre son colectivos: nunca se sabe de todo. Hacemos listas de lo que nos interesa, discutimos, comprobamos, corregimos constantemente, siempre pensando en las necesidades de la gente". No quiere protagonismos, es tímida; como muchos de su generación, desconfía de los medios de comunicación convencionales, de su lenguaje antiguo. "El poder de Internet será el que los usuarios quieran darle. A nosotros ya nos llegan clientes por esa vía, pero la tecnología aún se aprovecha poco: es un reto a largo plazo, en el que cuenta la solidez. En 10 años ha pinchado la burbuja inicial, hemos visto caer a muchos. Nosotros seguimos con nuestro método: aprender. Aquí dedicamos el 20% de nuestro tiempo a eso y a probar cosas nuevas".

Barcelonesa, hija del físico que fue uno de los dos creadores del pebetero olímpico, tiene dos hijas, de cuatro y siete años, a las que dedica dos tardes a la semana, además del weekend. "Estudié matemáticas porque me gustaba. También hice dos años de Filosofía. Las matemáticas son una disciplina: plantean un reto tras otro que hay que ir superando, como en la empresa, como en la vida. Vas construyendo, no te puedes colgar de las palmeras". Su primer contacto con Internet lo tuvo en la carrera, "me pareció normal". Daba clases de matemáticas y hacía trabajillos de estudiante, hasta que agarró la oportunidad de entrar en un equipo singular, el que creó Abilbo, en el que estaba su padre. "Lo primero en lo que participé fue en la creación de la marca de Port Aventura, que sigue siendo la misma. Luego llegó lo de Internet y me metí a saco". Se trataba de abrir caminos en la selva virtual. Desde Joan Laporta a la Generalitat, pasando por Vodafone, el MNAC, hasta el Ecomuseo del Aguardiente, entre otros muchos, cada cliente aporta un mundo variopinto y orgánico de demandas, estructuras y complejidades para las que se requieren muchos talentos aplicados. Y ella lo tiene.

Estudió un master en Business Administration en la Universidad de Barcelona: "Me confirmó que hacemos lo correcto y me ratifiqué en que la práctica enseña más que la disección teórica porque la empresa es un ser vivo. Lo que más me enseña son las personas". Así lleva 10 años como responsable de la organización y la consultoría de la empresa, dirigiendo un equipo "de lujo" y dando cuentas "a la gente que pone aquí su dinero, el Consejo de Administración". Diagnostica un crecimiento claro de Internet como medio publicitario: "El reto era conocer las entrañas de los buscadores, que son la clave. Saber cómo funciona Google es como la fórmula de la coca-cola. Y la posición en la Red es decisiva para que el usuario acceda a lo que le interesa". El 80% de los usuarios españoles utilizan los buscadores para eso, así que hace un tiempo se han sacado de la manga posicionweb.com, un servicio de visualización en Internet: "Es un experimento apasionante: ahí está la batalla actual". Se trata de copar los primeros puestos del hit parade en la maraña de ofertas de los buscadores. ¿Hacen falta conocimientos matemáticos para eso? "A mí me han enseñado la disciplina del conocimiento y de ir superando, paso a paso, los problemas", dice tranquilamente. Hoy lleva el traje de visitar clientes. Subirá su portafolios a la bicicleta y llegará puntual a la cita.

m.riviere17@yahoo.es

PERFIL

Barcelonesa, de 35 años, matemática, dirige dos empresas pequeñas punteras en la sociedad de la información, especialistas en comunicación por Internet. "Todo es trabajo de equipo, un aprendizaje constante, sin miedo a equivocarse, valorando el largo plazo y adaptándose a la sociedad como una ameba. Su método es superar un reto tras otro: así lleva ya 10 años. Ahora desentraña las posiciones en los buscadores de la Red. Tiene dos hijas pequeñas y se mueve en bici por la ciudad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_