Montilla pide a sus consejeros que respondan a "las expectativas"

En público y en privado, y ya en la campaña electoral, José Montilla no se cansó de predicar que no quería ser el jefe de un "Gobierno de opereta". Ayer, en el acto de toma de posesión de sus 14 consejeros, no dudó en repetirles esta idea, aunque con unas expresiones adaptadas a la solemnidad del salón Sant Jordi de la Generalitat. El flamante presidente recordó a sus consejeros que les "ha llegado la hora de la verdad" y les pidió solemnemente que respondan a "las expectativas" de los ciudadanos.

Los 14 elegidos para acompañar a Montilla en el Gobierno catalán llegaron a la plaza de Sant Jaume con sonrisas que evidenciaban cierta descompresión después de semanas de especulaciones sobre las personas que finalmente accederían al cargo de consejero. A las once de la mañana, y ante más de 200 personas, los consejeros prometieron su cargo comenzando por el vicepresidente, Josep Lluís Carod Rovira, y acabando por Francesc Baltasar, al frente de Medio Ambiente. El secretario del Gobierno, Ramón García-Bragado, fue el encargado de leer los decretos de nombramiento de cada consejero, quienes, uno por uno, desfilaron ante Montilla para prometer el cargo.

Tras la toma de posesión, el presidente leyó un breve discurso en el que calificó a su Gabinete como "el mejor equipo para afrontar el futuro". Volvió a prometer que la eficacia será la luz que debe guiar al Gobierno, y a sus consejeros les pidió muy concretamente que no defrauden a los ciudadanos. En concreto les pidió "responder a las expectativas" depositadas en ellos.

Por la noche, y en una entrevista en TV-3, Montilla volvió a tender la mano a Convergència i Unió (CiU) y avanzó que "en las próximas semanas" espera reunirse con Artur Mas para hablar del desarrollo del Estatuto, de las leyes Electoral, Territorial y de Inmigración. También se comprometió a llevar adelante los proyectos del Cuarto Cinturón y de la interconexión eléctrica con Francia al tiempo que se mostró partidario de una limitación de mandatos del presidente de la Generalitat: "8 o como máximo 12 años me parecería correcto". También ayer fue día de abrazos y buenos deseos. Como los que envió Montilla el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien deseó "un buen trabajo" al sucesor de Pasqual Maragall y valoró al nuevo Ejecutivo catalán con un escueto: "Me parece bien".

Pero más allá de los nombramientos, Montilla se ha puesto manos a la obra para que su Gobierno no se contagie de los vicios del anterior. De entrada, el presidente ha decidido que el Consell Executiu se reúna cada semana y no sólo dos veces al mes como hasta ahora. Todo para demostrar que piensa estar sobre todos y cada uno de los detalles del nuevo Gobierno. En clave más interna, pero en un gesto que también denota un cambio de estrategia, el responsable de la oficina de comunicación del presidente, Toni Bolaño, reunió el pasado martes a todos los jefes de prensa de los 14 departamentos para pedirles coordinación y trabajo unitario, dos cualidades que faltaron en la política comunicativa del anterior Ejecutivo.