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Defensa autorizará "caso a caso" el uso de sus tropas en Afganistán

España tendrá un general en Kabul en 2007 y sopesa aportar más de 100 oficiales en 2008

Miguel González

España no aumentará sustancialmente sus 700 soldados en Afganistán ni los trasladará al sur, donde la OTAN se enfrenta a la insurgencia talibán, pero está dispuesta a autorizar "caso por caso" su participación en operaciones puntuales fuera de su zona de despliegue, al oeste del país. Ésta es la respuesta española a las presiones, que se multiplicarán hoy en la cumbre de Riga (Letonia), para que levante las restricciones al empleo de sus tropas.

En la práctica, la respuesta del Gobierno significa que los soldados españoles acudirán en auxilio de sus compañeros de la OTAN cuando estén en apuros -y, por tanto, no se les puede acusar de falta de solidaridad-, pero que los mandos aliados no podrán contar con ellos a la hora de planear sus operaciones.

Este mecanismo -similar al aceptado por Francia y Alemania, países que también rechazan desplazar sus contingentes al sur- supone que la autoridad nacional -en el caso español, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general de Ejército Félix Sanz,- conserva el control de las tropas y debe dar el visto bueno para que éstas salgan de su zona de operaciones, que abarca las cuatro provincias del oeste.

De hecho, hay precedentes de que los helicópteros españoles desplegados en Herat se han desplazado al sur para evacuar heridos. No lo hay, sin embargo, de que hayan ido a combatir.

La resistencia del Gobierno español a dar manos libres al comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), el británico J. David Richards, no significa que no esté dispuesto a aumentar su compromiso con Afganistán.

Formar policías y militares

España ha empezado a instruir a policías afganos y no pone obstáculos a participar en la formación de su Ejército (aunque no hay ninguna unidad militar afgana en la provincia de Badghis, bajo responsabilidad española), bien sea en el propio Afganistán o en territorio español.

En febrero del año próximo, habrá por vez primera un general español en el cuartel general de la Alianza Atlántica en Kabul. Será un coronel del Ejército de Tierra que se está preparando ya para el puesto y que ascenderá a general de brigada antes de incorporarse. Será el máximo responsable de las tareas Cimic (Cívico Militar) en la ISAF; es decir, de las relaciones de las fuerzas de la OTAN con instituciones civiles y organizaciones sociales afganas.

Aún más relevante será el papel que corresponderá a España en el cuartel general de la OTAN en Kabul en 2008. Si las conversaciones en curso culminan en un acuerdo, el Cuartel General de Alta Disponibilidad de la OTAN en Bétera (Valencia) aportará el núcleo del Estado Mayor de la ISAF XI: lo que significa más de un centenar de cuadros de mando de alta cualificación y varios generales en puestos clave.

Esta posibilidad ya se planteó de cara añ año 2007, pero el cambio en el sistema de cuarteles generales, consecuencia de la expansión de la OTAN a todo el país, y las propias restricciones españolas aconsejaron aparcarla.

Más allá de la implicación militar, el Gobierno español insiste en la importancia de las tareas de reconstrucción. España, responsable del Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) de Badghis, acaba de inaugurar la primera pista asfaltada del aeropuerto de Qal-i-Naw, que hasta ahora era sólo un pedregal, y ha distribuido 10 toneladas de ayuda humanitaria entre las víctimas de las recientes inundaciones.

"Sin seguridad no hay reconstrucción, pero sin reconstrucción no dura la seguridad", advierte un responsable español.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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