Carod se ocupará de la regulación lingüística con el compromiso de "despolitizarla"
Zapatero no asistirá en esta ocasión a la toma de posesión del presidente de la Generalitat
A la espera de que José Montilla tome hoy posesión del cargo de presidente de la Generalitat y nombre a sus consejeros, el que será vicepresidente del Gobierno catalán, Josep Lluís Carod Rovira, confirmó ayer finalmente que la gestión de la política lingüística de la Generalitat recaerá en su persona. Pero para tranquilizar a quienes creen que el líder independentista no ofrece el perfil más adecuado para desarrollar esta labor, Carod dejó claro su principal objetivo: "Despolitizar el catalán". A la toma de posesión de Montilla no asistirá el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
Pese al silencio que ha guardado Montilla acerca de la composición y estructura de su Gobierno, sí ha trascendido que el líder de Esquerra Republicana, ahora como vicepresidente del Gobierno, tendrá menos poder político que el que tuvo en su día como conseller en cap. Ayer lo reconoció el propio Carod, quien recordó, sin embargo, que ejercerá competencias en Asuntos Exteriores, Deportes, Asuntos Religiosos y en lo que el PSC trató de evitar hasta el final: política lingüística.
Conocedor de los recelos que ello puede despertar, Carod dijo ayer en una entrevista en TV-3 que su objetivo será "quitar carga política a la lengua" y "despolitizar" el catalán. "Hablar catalán debe ser lo más normal del mundo", afirmó tras entonar cierta autocrítica y admitir que "algo debemos haber hecho mal" cuando se tiene la percepción de que en Cataluña el catalán "se impone".
Por la tarde, Carod y Montilla estuvieron reunidos para cerrar los flecos que quedaban pendientes antes de la toma de posesión del presidente de la Generalitat, prevista para las once de la mañana de hoy. Un acto al que asistirán, además del actual presidente, Pasqual Maragall, los consejeros del Gobierno saliente y los máximos representantes de todos los partidos, también los de la oposición.
Así, tanto el convergente Artur Mas como el líder del PP catalán, Josep Piqué, confirmaron su asistencia. Quien no acudirá, a diferencia de lo que hizo en 2003 con Maragall, será el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En su representación acudirán el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y el de Industria, Joan Clos. Asistirán también el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y el de Asturias, Vicente Álvarez Areces.
No será hasta después de su toma de posesión cuando Montilla desvele la lista de consejeros de su nuevo Gobierno, un listado que ha mantenido en el más absoluto de los secretos y a salvo de filtraciones para evidenciar un cambio de estilo en el nuevo tripartito catalán. Hasta la fecha y en las filas socialistas, sólo se sabe que repetirá en el cargo como consejero de Economía el número dos de Montilla, Antoni Castells. Por parte de Esquerra Republicana tienen asegurada una silla en el Ejecutivo Carod y Joan Puigcercós (Gobernación). Por Iniciativa serán consejeros Joan Saura (Interior y Relaciones Institucionales) y Francesc Baltasar (Medio Ambiente y Vivienda).
El nombre de los otros nueve consejeros es, en menor o mayor grado, todavía una incógnita. Se da casi por seguro que repetirán los socialistas Marina Geli (Sanidad) y Joaquim Nadal (Política Territorial). Que el republicano Joan Manel Tresserras puede ocuparse de Cultura y que su correligionaria Carme Capdevila haría lo propio en Bienestar y Familia. Pero para desespero de todos los que aspiran a ser consejeros, Montilla seguía ayer con su habitual hermetismo. El presidente electo de la Generalitat reconoció que tenía cerrada la estructura de su Ejecutivo, pero admitió que ni siquiera se lo había explicado a algunos de los que lo acompañarán en el Consell Executiu. Montilla almorzó ayer con Montserrat Tura y a última hora de la tarde volvió a reunirse con Carod, esta vez con Saura, con quienes cerró el organigrama básico, aunque los nombres los pondrá hoy.
Quien no rehuyó los focos fue el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que se entrevistó con Montilla en Barcelona. Tras la reunión, Ibarra, que había abogado por un Gobierno de coalición entre convergentes y socialistas, dio un voto de confianza a Montilla, a quien llamó "charnego de izquierdas".
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