_
_
_
_
_

Israel y las facciones palestinas pactan un alto el fuego en Gaza

Dos milicianos de Hamás mueren alcanzados por un misil israelí poco antes del acuerdo

Naiara Galarraga Gortázar

Llegó el alto el fuego en Gaza tras cinco meses de violencia que han costado la vida a más de 400 palestinos -la mitad civiles- y a dos civiles israelíes. El presidente palestino, Mahmud Abbas, y el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, acordaron anoche un cese de hostilidades en la franja mediterránea, que estaba previsto que comenzase a las seis de la mañana de hoy (las cinco en la España peninsular).

La tregua implica que los milicianos dejan de lanzar cohetes contra poblaciones hebreas y que el ejército retira a sus tropas y pone fin a su ofensiva en Gaza.

Éste es el primer acuerdo al que llegan israelíes y palestinos en casi dos años y llega horas después de que Hamás, que encabeza el Gobierno palestino, diera un ultimátum a la comunidad internacional: está dispuesta a negociar, pero, si en seis meses no hay acuerdo para crear un Estado palestino, promoverá una tercera intifada.

La tregua en Gaza fue acordada tras una conversación telefónica entre Abbas y Olmert. El presidente palestino telefoneó al primer ministro israelí para comunicarle que las facciones palestinas "se han puesto de acuerdo para cesar toda actividad violenta, incluido el lanzamiento de cohetes, la excavación de túneles [para introducir armas] entre Gaza y Egipto, y el envío de terroristas suicidas". El jefe del Ejecutivo hebreo aceptó la propuesta, "con la esperanza de que dure", tras consultar con los ministros de Exteriores, Tzipi Livni; de Defensa, Amir Peretz, y con el jefe del Estado Mayor, Dan Halutz.

Alivio para todos

El acuerdo de anoche supone, sobre todo, un verdadero alivio para los 1,4 millones de palestinos que viven en Gaza, pero también para los vecinos de las poblaciones israelíes cercanas, donde a diario caían cohetes que, básicamente, han causado daños materiales. Israel ha mantenido desde el 25 de junio, cuando milicianos palestinos capturaran al soldado judío Gilad Shalit, una ofensiva brutal que ha incluido numerosas incursiones militares, además de destruir buena parte de las infraestructuras civiles.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

De todos modos, conviene mantener la cautela porque aún quedan asuntos pendientes. El soldado Shalit sigue cautivo, aunque Israel y los palestinos negocian hace tiempo un canje de prisioneros a través de mediadores egipcios. Además, el cese de hostilidades se limita a Gaza. En Cisjordania se producen a diario redadas del Ejército israelí y los enfrentamientos armados son frecuentes. Cualquier incidente puede hacer saltar la tregua por los aires. No obstante, ambas partes se declaran dispuestas a extender el alto el fuego a la Cisjordania ocupada si la calma se mantiene en la franja. Israel mató durante la jornada de ayer a cinco milicianos en Gaza. Los dos últimos, de Hamás, murieron por el disparo de un misil israelí contra su vehículo poco antes de que Abbas y Olmert cerraran el acuerdo.

Por la mañana, el líder político de Hamás en el exilio, Jaled Meshal, había advertido a la comunidad internacional de que a los palestinos se les acababa la paciencia. "Aprovechen esta oportunidad. Si nuestras exigencias no se cumplen a través de la paz, las lograremos mediante la resistencia", declaró en una conferencia de prensa en El Cairo (Egipto), donde negocia el intercambio de prisioneros.

El islamista, que vive exiliado en Damasco, detalló sus demandas: "Exigimos el fin de la ocupación [israelí] y la creación de un Estado en las fronteras de 1967, incluida Jerusalén, sin asentamientos [judíos], ni grandes ni pequeños". También dejó claro que su movimiento no está dispuesto a que las negociaciones se eternicen. "No aceptaremos acuerdos por etapas, como en el pasado", dijo Meshal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_