Los grupos insurgentes armados

Los ataques de los grupos insurgentes iraquíes han tenido como objetivo no sólo las fuerzas de la coalición internacional y cualquiera que colabore con EE UU en la reconstrucción del país, sino también la comunidad árabe chií, que representa el 60% de la población de Irak, cuya población civil ha sido asesinada en templos, mercados o incluso con ocasión de la celebración de sus fiestas religiosas.

Aunque la insurgencia es principalmente suní (comunidad que representa el 15% de la población), se nutre de elementos de diversa procedencia, desde guerrilleros del desaparecido partido Baaz, de Sadam Husein, y nacionalistas suníes que temen la dominación chií, hasta terroristas islamistas extranjeros que consideran Irak como escenario para la lucha global contra Occidente. Estos últimos proceden, entre otros países, de Siria, Arabia Saudí, Yemen y Sudán.

Es muy difícil establecer la extensión de la insurgencia, número de militantes o grupos a los que pertenecen, ya que éstos cambian, desaparecen o se alían unos con otros constantemente. No obstante, los militares de EE UU calculan que, en 2006, el número de insurgentes en activo podría ser de 8.000 a 20.000, aunque los servicios de inteligencia de Irak aumentan ese número a 40.000, apoyados por 160.000 colaboradores.

Al Qaeda es el grupo más importante, y a esta organización terrorista se le atribuyen la mayor parte de los atentados con bomba y decapitaciones. Su jefe era Abu Musab al Zarqaui hasta que murió en un bombardeo de las fuerzas aéreas estadounidenses en junio pasado. La estrategia central de la organización de Osama Bin Laden es extender la violencia confesional. Su nuevo líder el Irak es Abu Hamzah al Mihajir, posiblemente un nombre de guerra.

Además de los nacionalistas suníes, también actúan grupos chíies. El más conocido es el Ejército de Mahdi, dirigido por el clérico radical Múqtada al Sáder, en cuyo feudo de Ciudad Sáder, barrio populoso de Bagdad, se produjo ayer la matanza. Estados Unidos ha acusado a Irán de proporcionarle armas.