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El balneario público de la Alameda abre sin precios populares

La antigua Casa de la Lactancia, también conocida como Casa de la gota de leche porque allí amamantaban a sus hijos las trabajadoras de la antigua Tabacalera, abrió ayer sus puertas transformada en un balneario de lujo. Propiedad del ayuntamiento, este es uno de los cuatro edificios que sobrevivió tras la exposición regional de 1909 y cuya recuperación pretende completar el Ayuntamiento de Valencia antes de que se cumpla el centenario de la muestra. El balneario original se cerró en 1980 y estaba situado enfrente, en lo que actualmente es el hotel Westin Lanera.

La empresa TermaEuropa gestionará, gracias a una concesión de 50 años, este balneario que pese a las promesas iniciales del equipo de Gobierno local no incluirá tarifas propias de un servicio público. "Rita Barberá dijo que los precios estarían fijados por el Ayuntamiento", explicaba ayer Rafael Rubio, portavoz del grupo municipal socialista.

Pese a ello, Rita Barberá subrayó durante la inauguración que la ciudad ha recuperado el balneario para "el disfrute de todos los valencianos". El único balneario urbano de Europa, añadió la alcaldesa.

Barberá adjudicó en julio de 2005 una obra que ha supuesto para TermaEuropa la inversión de 5,5 millones de euros. La empresa adjudicataria deberá pagar al Ayuntamiento un canon de 2.000 euros durante los primeros siete años y de 75.000 a partir de ese momento.

TermaEuropa consiguió esta concesión mediante un proceso negociado directamente con el consistorio después de que ninguna empresa se presentara al concurso convocado en 2003.

Entre el público que ayer participó en la inauguración había antiguos usuarios. Ángela Cifuentes recordaba a varias amigas que cuando era pequeña acudía con cierta asiduidad con su madre "que sufría de reuma y artrosis". Eran los años 60 y ya entonces el balneario "estaba un poco cutre después de muchos años de uso". Ángela acudió ayer porque tenía "ganas de verlo" y mostraba su intención de ser cliente "y ya veremos si con el tiempo me hago socia".

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"Es complicado encontrar en una ciudad agua termal y más cerca del mar", subrayaba ayer la directora del centro, Ana Arcos. El manantial del que se nutre el balneario está a pocos metros del mismo y sus aguas, que emergen a 43 grados, contienen sulfato, calcio y magnesio.

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