Por qué ellas viven más
Los hombres mueren de cualquier enfermedad antes que las mujeres, pero se desconoce si existe un determinante biológico
Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de sufrir una muerte prematura, y de hecho su esperanza de vida es menor. El reciente énfasis investigador en la salud femenina, relegada tradicionalmente, está llevando a algunos científicos a plantearse si no se estará dejando de lado la salud masculina. Según ellos, la idea no es menospreciar la importancia de la salud femenina, sino centrar la atención ciudadana en qué tipo de riesgos pueden correr los hombres, y en lo que un movimiento por la salud masculina cada vez más amplio ha bautizado como "disparidad sanitaria" entre sexos, y en su ejemplo más obvio: una diferencia persistente en la longevidad que se ha reducido, pero que todavía priva a los hombres de cinco años de vida respecto a las mujeres.
Las explicaciones sobre las diferencias en el estilo de vida resultan insuficientes
"Tenemos unos índices más elevados de mortalidad masculina en todas las enfermedades, y no sabemos por qué", afirma Demetrius J. Porche, decano adjunto de la Health Sciences Center School of Nursing de Nueva Orleans, y director de una nueva revista trimestral, American Journal of Men's Health, que se empezará a publicar en marzo de 2007.
Los defensores de la salud masculina dicen que los hombres están sufriendo en silencio lo que podría ser una grave crisis sanitaria. "El estilo de vida todavía sirve de explicación para las diferencias en la longevidad, y se dice que los hombres acuden tarde en busca de atención y que tienen conductas insalubres, pero no estoy seguro de que realmente conozcamos la causa", afirma Porche. "Y no hemos respondido a la pregunta de si existe un determinante biológico que explique por qué los hombres mueren antes que las mujeres".
Los hombres mueren de todas las causas principales de mortalidad a una edad más temprana que las mujeres, desde el cáncer de pulmón a la gripe, pasando por la neumonía, las enfermedades hepáticas crónicas, la diabetes y el sida. Una notable excepción es el Alzheimer: mueren más mujeres que hombres a consecuencia de esta enfermedad. La cardiopatía encabeza la lista en ambos sexos.
Sin embargo, la enfermedad pasa una factura desproporcionada en los hombres, según Steven Nissen, presidente del departamento de medicina cardiovascular de la Cleveland Clinic y el American College of Cardiology. "La cardiopatía coronaria tiene un impacto devastador en los hombres, sobre todo en varones que están en la flor de la vida",señala Nissen.
El cáncer también afecta a los hombres de manera desproporcionada: a una de cada tres mujeres en algún momento de su vida, y a uno de cada dos hombres. En parte es una consecuencia del hecho de que haya más fumadores que fumadoras, y posiblemente de exposiciones laborales.
La vulnerabilidad masculina parece iniciarse bastante pronto. Se conciben más fetos varones, pero el riesgo de que sean mortinatos o de aborto espontáneo es mayor. Incluso de bebés, la mortalidad es superior entre los niños recién nacidos y los prematuros.
De niños, los varones presentan un mayor riesgo de sufrir discapacidades del desarrollo y autismo. Los niños y los hombres tienen más posibilidades de ser daltónicos, los índices de pérdida de audición son más elevados, y se cree que tienen un sistema inmunológico más débil que las mujeres. Puede que también se recuperen más lentamente de las enfermedades.
"No es que 'puede que seamos' el sexo débil, es que lo somos", afirma Robert Tan, un especialista en geriatría de Houston que pertenece a la junta asesora de la Men's Health Network. "Incluso cuando hombres y mujeres padecen la misma enfermedad, a menudo descubrimos que los varones tienen más probabilidades de morir. Destacan las fracturas de cadera, por ejemplo. Las mujeres parecen más proclives a la recuperación, mientras que los hombres tienen más posibilidades de morir después".
La conducta desempeña un papel en algunas de las muertes y enfermedades adicionales que se dan entre los hombres: tienden a ser más agresivos que las mujeres y a correr más riesgos. Los hombres fuman más que las mujeres, beben más alcohol y es menos probable que lleven el cinturón de seguridad o que utilicen protección solar. Tienen unas posibilidades tres veces más elevadas de ser víctimas de un asesinato, cuatro veces más de cometer suicidio y, de adolescentes, 11 veces más de ahogarse.
Algunas de las preguntas que la investigación podría explorar son: ¿por qué se producen más abortos naturales de fetos varones?; ¿por qué la determinación del sexo del feto hace que el varón sea más vulnerable?; ¿por qué la función pulmonar de un niño es menos madura después de nacer?; ¿y qué es esta propensión a correr riesgos?
© The New York Times
Responsabilidad masculina
Los científicos que están preocupados por la salud de los hombres les alientan a que den los primeros pasos aceptando la responsabilidad de su estado de salud, buscando atención preventiva y modificando sus hábitos si es necesario.
"Los hombres deben cuidar tan bien su cuerpo como hacen con el coche", afirma Ken Goldberg, urólogo y autor de How Men Can Live as Long as Women
[Cómo los hombres pueden vivir tanto tiempo como las mujeres], entre otros libros. "Los hombres tienen que entrar" a la consulta del médico, comenta, y añade: "Muchos hombres creen que son blindados e invencibles".
Una investigación de 2000 descubrió que casi una cuarta parte de los hombres no habían visitado a un médico durante el año anterior, en comparación con sólo un 8% de las mujeres, y que uno de cada tres no tenía un médico habitual, frente a una de cada cinco mujeres. Más de la mitad de los hombres no se había sometido a una revisión rutinaria o a una prueba de colesterol durante el año anterior.
Según el estudio, aunque les preocupara algo, los hombres a menudo expresaban renuencia a buscar ayuda médica. Casi un 40% dijo que lo retrasaría unos días, y un 17% respondió que esperaría una semana.
Un estudio de 2001 sobre atención ambulatoria observó que las mujeres que suelen ir al médico se someten al doble de revisiones anuales que los hombres.
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