El fiscal pide entre 36 y 42 años de cárcel por el asesinato de dos guardas jurado

La fiscalía y las acusaciones particulares pidieron ayer penas de entre 36 y 42 años de cárcel para cada uno de los cinco miembros de una banda de atracadores acusados de asesinar a tiros a dos vigilantes de Prosegur, hace cuatro años. El 9 de diciembre de 2002, los ladrones acribillaron a los guardas Francisco Fusté, de 51 años, y Eladio Romero, de 40, después de que éstos recogieran la recaudación del fin de semana en un centro multicines del complejo lúdico Parc Vallès, en Terrassa (Vallès Occidental). Después, huyeron con las sacas de dinero, que contenían unos 216.000 euros. Las dos víctimas estaban casadas y tenían hijos.

En la primera sesión del juicio, que comenzó ayer en la Audiencia de Barcelona, la defensa pidió la absolución de los cinco acusados, alegando que no se encontraban en el lugar el día de los hechos y que nadie pudo identificarlos con precisión. De los cinco encausados, cuatro se encuentran en libertad provisional. El quinto, Juan Pedro L., está en la cárcel por dos violaciones y un robo. En 2002 estaba en busca y captura, precisamente para cumplir esa condena.

Asalto por sorpresa

Tanto el fiscal como las acusaciones particulares -que ejercen las familias de los fallecidos y la empresa Prosegur- solicitaron una condena de 38 años de prisión para dos de los supuestos autores materiales de los crímenes, Sergio C. y Javier L., por los delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas. Según el relato que el ministerio fiscal planteó al tribunal popular, tanto Sergio como Javier se aproximaron a los vigilantes, de forma sorpresiva, y les abatieron sin que éstos tuvieran la posibilidad de defenderse.

En el caso de Juan Pedro L., la fiscalía le acusa de "rematar" a Francisco, cuando ya se encontraba moribundo en el suelo. La acusación particular pide para él una condena de 42 años, teniendo en cuenta el agravante de reincidencia. Para los otros dos acusados, José Antonio N. y María Teresa M. -que presuntamente llevaron a cabo tareas de vigilancia- se reclaman 36 años.

Según el fiscal, existen numerosas pruebas que inculpan a los procesados. Además del testimonio del tercer guarda de Prosegur, que pudo salvar la vida porque no llegó a salir del furgón blindado, está la munición encontrada en la vivienda de uno de los acusados, que coincide con la empleada en el asalto.

Por su parte, las defensas coincidieron en solicitar la absolución de los acusados. Alegaron que, dado que algunos llevaban gorra y el rostro semicubierto, los testigos no pudieron reconocerles. Los abogados pusieron en duda incluso que fueran reconocidos por el guarda de Prosegur que no salió del furgón. "Es imposible reconocer a alguien de perfil, a 40 metros de distancia y con la cara cubierta por una braga", mantuvo uno de los letrados. La defensa cree que el caso "plantea muchas dudas".