_
_
_
_
Reportaje:

23.000 'desaparecidos' en las listas de espera

Lamela sólo cuenta al 32,5% de los pacientes para decir que nadie tarda más de 30 días en operarse

Oriol Güell

Las cuentas de la Comunidad de Madrid sobre la lista de espera quirúrgica se estrechan. Cada vez son menos los pacientes que la Consejería de Sanidad incluye en la lista de espera oficial, en la que se basa el Gobierno regional para afirmar que ha cumplido la promesa electoral de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, de reducir la espera máxima para entrar a quirófano en la sanidad pública a 30 días.

El pasado 30 de septiembre, fecha de los últimos datos trimestrales ofrecidos por Sanidad - en la página web www.listadeesperamadrid.com-, sólo 11.274 pacientes (un 32,5%) de los 34.664 madrileños en espera para ser operados en la sanidad pública estaban incluidos en la lista oficial. En el otro lado, 23.390 personas (un 67,5% de los que esperan) están excluidos por haber rechazado ser intervenidos en una clínica privada alternativa a su hospital público (9.791 pacientes, un 28,2%) o por no haber realizado las pruebas preoperatorias, como la del anestesista (13.599, un 39,3%).

Los enfermos 'oficiales' se han reducido del 84,3% del total al 32,5% en dos años

Cuando faltan tres meses para que se cumplan dos años desde que el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, implantara el nuevo sistema de gestión de la lista de espera para cumplir la promesa de Aguirre, ya pueden extraerse algunas conclusiones sobre el sistema.

La primera es que el número de enfermos incluidos en la lista de espera oficial no ha parado de descender a ritmo vertiginoso: hace dos años (ver cuadro) eran el 84,3% del total, cifra reducida ahora al 32,5%. La segunda es que, en realidad, estos pacientes tampoco son operados en un plazo máximo de 30 días, sino de 60. La normativa nacional establece que la espera debe empezar a contarse cuando el médico prescribe la operación.

Lamela, en cambio, se da un primer plazo de 30 días para que el paciente acuda al anestesista cuando el médico le dice que tiene que operarse y luego otros 30 días (la espera oficial) para entrar en quirófano. Este "artificio contable", según el Ministerio de Sanidad, le costó a Madrid la expulsión del cómputo nacional de listas de espera por el Consejo Interterritorial de Sanidad, organismo en el que el ministerio y las comunidades autónomas coordinan sus políticas sanitarias.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La tercera conclusión destacable es el aumento, también vertiginoso, del número de pacientes que rechazan ser operados en clínicas privadas en lugar de en su hospital público. Hace dos años eran sólo el 5,9% de los pacientes en espera para ser operados, mientras ahora son cinco veces más: el 28,2%.

Estos enfermos, además, se ven perjudicados por las esperas cada vez más largas que deben soportar: 5.771 aguardan entre 30 y 180 días, 26 entre seis meses y un año, y uno llevaba esperando más de un año el pasado 30 de septiembre. Ahora, la espera media de estos enfermos es de 53 días. Hace seis meses era de 44.

La evolución de los datos de la lista de espera ha sido criticada con extrema dureza por el PSOE e IU durante los dos últimos años. Lamela ha sido calificado de "trilero", "mentiroso", "estafador" y "autor de un monumental engaño a los ciudadanos" por varios diputados, concejales y portavoces de los dos partidos. "Lamela no ha tenido ningún rubor en mentir y engañar a los ciudadanos pretendiéndoles hacer creer lo que todo el mundo sabe: que casi todo el mundo espera más de un mes para ser operado en la sanidad pública", afirmó el diputado regional del PSOE y portavoz de Sanidad del partido, Lucas Fernández.

En términos parecidos se han mostrado los sindicatos, mientras el Gobierno regional insiste en que nadie espera más de 30 días. En un artículo remitido a EL PAÍS en mayo de este año, titulado La Consejería de Sanidad ha cumplido su compromiso, Lamela suscribía que "el cumplimiento de este objetivo [la espera máxima de 30 días] es una realidad" y que "los hechos constatan que el Gobierno regional no falta a la verdad y hoy por hoy podemos afirmar, sin equivocarnos, que efectivamente ningún madrileño espera más de 30 días a que se le intervenga". Lamela también ha dicho que la expulsión de Madrid del cómputo nacional de lista de espera obedece a la "persecución política" del Ministerio de Sanidad.

47 días de demora media

Pese a las afirmaciones de Lamela y Aguirre de que ningún madrileño espera más de 30 días en ser operado en la sanidad pública, la propia Consejería de Sanidad admite en su página web www.listadeesperamadrid.org que, con los medios con los que dispone -hospitales públicos y clínicas privadas concertadas trabajando al ritmo actual-, necesitaría 47 días para operar a todos los enfermos que esperan ser intervenidos. Los datos se refieren al pasado 30 de septiembre.

Sanidad cifra en 47 días la "demora media prospectiva" en la región, un concepto contable de gestión que calcula "el tiempo, expresado en días naturales, que tardaría en absorberse el total de pacientes pendientes al ritmo de trabajo de un periodo anterior definido", según el Real Decreto 605/2003, de 23 de mayo, que regula la gestión de las listas de espera.

La explicación de esta diferencia entre los 30 días que proclama tener la Comunidad de Madrid de espera máxima y los 47 ofrecidos en su página web es, una vez más, el novedoso sistema de contabilidad introducido hace dos años por Lamela y Aguirre en la sanidad madrileña para dar cumplimiento a la promesa electoral de Aguirre. La presidenta se comprometió a reducir la espera máxima a 30 días o a dimitir si no lo lograba.

El sistema aplicado por el Gobierno regional excluye de la lista de espera oficial a los enfermos que aún están pendientes de ser atendidos por el anestesista, lo que le ha costado a la región figurar como la única comunidad autónoma jamás expulsada del registro unificado realizado por el Consejo Interterritorial de Sanidad, órgano en el que el Ministerio de Trabajo y las comunidades autónomas coordinan sus políticas sanitarias.

La especialidad que en Madrid acumula mayores esperas es la de traumatología, con una demora media prospectiva de 66 días. Traumatología es, además, la especialidad que tiene más pacientes en espera, 7.504.

También por encima de los dos meses de espera están los 1.187 pacientes que deben ser operados de cirugía vascular, con una demora de 63 días. Le siguen la cirugía maxilofacial, con 818 enfermos y 58 días de demora; neurocirugía, 609 pacientes y 55 días; cirugía pediátrica, 1.396 niños y 50 días de demora; otorrinolaringología, 2.027 enfermos y 45 días; cirugía general y del aparato digestivo, 7.211 pacientes y 44 días, y urología, 2.707 personas y 43 días.

Los 235 pacientes de cirugía cardiaca, los 6.498 de oftalmología y los 1.279 de cirugía plástica esperan 41 días y los 2.057 de ginecología, un día menos.

Los pacientes que menos esperan en la región, y los únicos que lo hacen por menos de 30 días, son los 103 madrileños que deben someterse a una intervención de cirugía torácica: 25 días.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_