Un cambio de imagen y de logotipo

La necesidad de realizar nuevos contratos y cambiar la tarjeta SIM de los móviles ha obligado a Euskaltel a embarcarse en una compleja operación que requiere, primero, una atención personalizada. Para ello, contratará a 1.200 personas que acudirán a los hogares y empresas. Previamente, los clientes recibirán un contrato preimpreso, que deben firmar para continuar con la compañía. Luego se producirá la cita con el empleado de Euskaltel, que se encargará de comprobar la firma del contrato, desbloqueará la terminal -la empresa tiene los códigos de todos sus clientes- y le entregará la nueva tarjeta SIM.

Será entonces cuando empiece el proceso de portabilidad, que será gestionado por Euskaltel y para cuya concesión Orange tiene un mes de plazo. Una vez resuelta la portabilidad, el usuario debe cambiar la tarjeta SIM de su terminal, lo que se podrá realizar en las tiendas de Euskaltel. García Erauzkin anunció que habrá un "espacio específico" en los locales para ello.

La conversión como operador independiente ha llevado a Euskatel a cambiar su imagen y logotipo, en el que una mariposa simboliza la "k", la letra central del nombre de la empresa y que es una de las principales señas de identidad del euskera.

"Somos más naranjas y más vascos que nunca", aseveró el director general, quien destacó las características de la marca: "Legible, sin mayúsculas, de trazo limpio, con sentido de pertenencia y un color al que no renunciamos". Orange, que ahora es su principal competidor, usa también el naranja. A juicio del directivo de la operadora de telecomunicaciones, la nueva marca representa "los valores de pertenencia de Euskaltel a su comunidad, la vasca, y por tanto a la de sus propios clientes, con quienes comparte origen y cultura y que representan la razón de ser de la compañía y han hecho que seamos únicos en el mundo".