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Ségolène Royal conquista la candidatura socialista a la presidencia francesa

Se impuso en las primarias del PS con el 59% de los sufragios en una votación masiva

Se cumplieron todos los pronósticos. Los militantes del Partido Socialista francés (PS) eligieron ayer a Ségolène Royal como su candidata a la presidencia de Francia por un amplia mayoría del 60,62% de los votos. Dominique Strauss-Kahn quedó en segundo puesto, con un 20,83%, a muy poca distancia de Laurent Fabius, con un 18,54%. No hubo ningún tipo de intriga. Poco antes de la medianoche, Stéphane Le Foll, director de gabinete del primer secretario del PS François Hollande -compañero de Royal-, anunciaba a los medios de comunicación la victoria de la candidata.

los dos candidatos derrotados reconocieron la rotunda victoria de Sègolène Royal
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Le Foll anunció en la sede del PS en calle Solferino que la participación había sido de un 80% y que, desde los primeros datos del escrutinio, todos los resultados daban una mayoría absoluta a Royal.

El recuento proseguía, dijo Le Foll, pero la posibilidad de una segunda vuelta, el clavo ardiendo al que se agarraban sus dos contrincantes, quedaba descartada. Los militantes del Partido Socialista francés (PS) acudieron ayer masivamente a las urnas para elegir a su candidato a las elecciones presidenciales de la próxima primavera y no votaron de forma diferente a la que mostraban desde hace tiempo todos los sondeos realizados sobre los simpatizantes. Royal, de 53 años, se impuso ampliamente sobre el ex primer ministro Laurent Fabius, de 60 años y el ex ministro de Economía y Finanzas Dominique Strauss-Kahn, de 57.

La incógnita de los harían los 218.711 militantes habilitados para votar, y especialmente los 68.000 que se afiliaron en los últimos meses, se desveló enseguida. Siguieron las pautas marcadas por la opinión pública. La tensión que se adivinaba tras algunas declaraciones de Fabius poniendo en duda la limpieza del escrutinio se disiparon inmediatamente. Tanto éste como Strauss-Kahn, a través de sus portavoces, reconocieron la derrota y anunciaron su disposición a colaborar con Royal por la victoria socialista en los comicios de la próxima primavera. "Pidió una victoria clara y ya la tiene", dijo Cambadelis, el hombre de confianza de Strauss-Kahn presente en la sede central del PS. "Ahora tenemos que unirnos para derrotar a la derecha".

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La jornada electoral estuvo teñida de intensidad y de una clara emoción por parte de los militantes que acudían a votar, conscientes del papel decisivo que desempeñaban.

Para tratarse de unas simples elecciones primarias limitadas a un cuerpo electoral muy reducido, el impacto social de la jornada de ayer fue extraordinario. La actividad de los colegios electorales en las grandes ciudades era sorprendente y fue creciendo a lo largo de la tarde hasta que, en torno a la hora de la salida de los trabajos, se produjo el pleno. Y en las zonas rurales, donde las mesas estaban colocadas en bares e incluso en casas particulares, la expectación fue también considerable.

El peligro que apuntaban ayer algunos analistas, de que el PS, como institución, decepcionara a la opinión pública eligiendo a un candidato distinto del favorito de las encuestas no se materializó. Los militantes asumieron el triunfo de la "democracia de opinión", muy en el sentido de una de las claves de la campaña de Royal, la democracia representativa.

La anécdota de la jornada la protagonizó uno de los más viejos barones socialistas, un político marrullero que ya anteriormente había avergonzado a su propio partido por sus comentarios racistas: Georges Freche, presidente de la región Languedoc-Rosellón que lamentó que en la selección francesa de fútbol figuren "nueve negros" cuando "lo normal sería que hubiera tres o cuatro". El diario Midi Libre citaba ayer a Freche diciendo: "Este país me da vergüenza. Dentro de poco habrá once negros". Claude Bartolone, mano derecha de Fabius, pidió a Strauss-Kahn y a Royal que condenaran "con la mayor firmeza" las declaraciones. Royal lo hizo de forma taxativa.

Llamamiento a la unidad

"Me gustaría transmitir la felicidad que siento, vivo intensamente este momento de felicidad", declaró Ségolène Royal en una sala de fiestas de la localidad de Melle, su feudo en sus primeras declaraciones después de que la dirección del Partido Socialista francés anunciase los resultados. Y, posteriormente, para cerrar las heridas que hayan podido provocar unas primarias que se volvieron muy ásperas en su recta final, agregó: "Ha llegado el momento de la unidad".

En este primer discurso, la candidata se dirigió también a "todos los militantes socialistas y los otros electores, que tiene ganas de las cosas cambien". "No os voy a decepcionar. Seguiré siendo yo misma. Francia está escribiendo una nueva página de su historia". Tras recalcar que necesitará a "cada" militante socialista, la compañera del líder del PS, expresó la voluntad de "unir, en torno a los socialistas, al máximo de las fuerzas de izquierdas en la primera vuelta".

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