De la Vega afirma que la estrategia de crispación del PP acabará en fracaso
Los populares redoblan las críticas al Gobierno central ante la visita de la vicepresidenta
La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró ayer que la estrategia "de la crispación y el ruido" del Partido Popular es una "estrategia condenada al fracaso" que ya se ha traducido en el aislamiento de los populares en el Parlamento. La vicepresidenta, que pronunció anoche una conferencia en Valencia, aseguró que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero ha recuperado el diálogo con los gobiernos autonómicos que con el anterior Gobierno había alcanzado una "tensión insoportable para una adecuada gobernabilidad democrática".
El análisis realizado por la vicepresidenta del Gobierno en el Club de Encuentro Manuel Broseta no es compartido por el PP valenciano, que decidió recibir a Fernández de la Vega con una avalancha de duros comunicados contra el Gobierno central. La secretaria regional del PP, Adela Pedrosa, acusó a la vicepresidenta de que "nunca ha traído ni hechos, ni inversiones ni garantías a la Comunitat, es más, siempre ha sido la mensajera de la política de los agravios de Zapatero". La secretaria de comunicación del PP, Sagrario Sánchez, acusó al Gobierno de tapar con "grandes mentiras" los "grandes incumplimientos". El propio consejero de Infraestructuras, José Ramón García Antón, responsabilizó al Gobierno central de paralizar "todos los proyectos básicos para la Comunidad Valenciana".
Fernández de la Vega -que fue presentada por la candidata a la alcaldía de Valencia Carmen Alborch- acusó al PP de desplegar una "política de crispación y ruido que atenta contra el principio mismo inspirador de la democracia: el encuentro y la discusión sosegada de opiniones y puntos de vista dispares".
Para De la Vega, que en su alocución defendió la actuación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, argumentó que el presidente tiene el derecho y la obligación de intentar conseguir la paz "en un camino cuyas líneas rojas están claramente marcadas". Es decir, sin precio político, desde la legalidad, sin violencia, con el recuerdo de las víctimas y para todos.
En este asunto, la número dos del Gobierno acusó al PP de "no trabajar por la paz", sino para erosionar la credibilidad del Ejecutivo socialista. "Su actitud", dijo la vicepresidenta en referencia al PP, "es la de aquellos que observan sólo su propia realidad y, lo hacen, además, con la cortedad propia de la mirada de un topo".
María Teresa Fernández de la Vega, que pronunció una conferencia sobre el concepto de tolerancia, defendió el esfuerzo del Gobierno por avanzar en los derechos civiles y los derechos de ciudadanía. Un apartado, este último, en el que la vicepresidenta aseguró que el Ejecutivo socialista ha devuelto al Parlamento un protagonismo que había perdido. Objetivo que ha supuesto la revitalización del Senado como Cámara territorial; el potenciamiento de las sesiones de control al Gobierno y la recuperación del "necesario diálogo" con los gobiernos autonómicos, que con el PP había alcanzado "un nivel de crispación y tensión insoportable para una adecuada gobernabilidad democrática".
Con un auditorio lleno, entre el que se encontraban la cúpula del PSPV y los principales dirigentes empresariales valencianos, Fernández de la Vega afirmó que "con el multiculturalismo y con la explosión de reivindicaciones identitarias que en otro tiempo permanecían ocultas, la diferencia se hace visible y reivindica ser reconocida en la igualdad, ser tratada con equidad".
Esta idea sirvió a la vicepresidenta para defender la política de inmigración del Gobierno y criticar el concepto del PP en esta materia. "Durante muchos años hemos asistido a la aplicación de un modelo de gestión de la inmigración basado en la existencia de una inmigración ilegal pero tolerada y que se traducía en la existencia de una mano de obra explotada, carente de derechos sociales y sin ningún tipo de garantía social", dijo De la Vega. Y añadió: "Frente a ese modelo ineficaz e injusto, la respuesta sólo puede encontrarse en la recuperación plena y la protección de los derechos sociales para todos los trabajadores legales y en el establecimiento de una política de inmigración ordenada que acabe con el tráfico de seres humanos".
Antes de iniciar su alocución, la vicepresidenta fue presentada por la candidata a la alcaldía de Valencia, Carmen Alborch, que presentó a la número dos del Gobierno como la confluencia del feminismo y el socialismo. "En ella lo cotidiano es el superpoder", dijo Alborch de la vicepresidenta valenciana, que ayer no hizo ninguna referencia concreta a su tierra.
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