A más prosperidad, mayor barbarie
¿No habría que vincular las últimas noticias sobre el maltrato a los maestros de parte de alumnos y padres con el lugar penoso que ocupa España en los índices europeos referidos a la educación? ¿No tendrá algo que ver que, por ejemplo, una madre cuente -eufórica- ante la cámara de un telediario en tono "divertido" cómo ella y sus hijos han arrojado a las fogatas "falleras" los libros de texto del año anterior? ¿No tendrá algo que ver que temprano en la mañana -me ocurrió tres veces en un año- se encuentre uno con montoncitos de libros (Proust, Flaubert, Rodoreda, etcétera) tirados al pie de contenedores de basura? Una escena difícil de imaginar en cualquier otro lugar del mundo (como no sea la Alemana nazi): libros destruidos, no guardados para hijos o nietos o regalados a una escuela pública o enviados a América Latina... ¡Qué imagen -libros tirados a la basura- para la hora matinal en que los alumnos se encaminan a la escuela! ¿Y la actitud de la mayoría de participantes de concursos televisivos pregunta-respuesta? Un ejemplo entre miles: "¿Quién escribió La vida es sueño?". "Pues ni idea", fue la respuesta carcajeante, como si tal cosa, y así se lo tomó también el conductor del programa (confróntese con concursos equivalentes en la televisión francesa, sin ir más lejos, pero qué lejos, en realidad). España siempre es diferente: a más prosperidad, mayor barbarie.
