La mitad de la producción del orujillo se exporta a eléctricas

La paradoja energética. Así califica José Antonio La Cal, director de la Agencia de Gestión Energética de Jaén (Agener), el contrasentido que supone que la mitad de la biomasa generada con el orujillo (un subproducto del olivar obtenido a partir del orujo seco y desgrasado) se venda fuera de España, a pesar del déficit energético del país.

Jaén acaparó el último año el 40% de las 700.000 toneladas de orujillo producidas en España. De esta cantidad, el 50% se exportó, fundamentalmente a industrias eléctricas de Gran Bretaña y, en menor medida, de Bélgica e Italia.

A esos países no les importa pagar la biomasa hasta tres veces más del coste para el productor (unos 40 euros por tonelada). ¿El motivo? La política de incentivos de sus gobiernos a las energías renovables y, especialmente, a la biomasa. A las industrias que utilizan ese combustible se les concede un certificado verde. En España, la legislación no permite quemar el orujillo en las centrales térmicas para generar energía, algo que sí es posible en Gran Bretaña.

"No se puede cumplir el plan energético mientras se lleven nuestra energía primaria", se lamenta el director de Agener. En la misma línea se pronuncia el presidente de la Asociación Nacional de Extractores de Orujo (ANEO), Fernando Muñoz: "Todo pasa por que el Gobierno revise las primas e incentivos para el fomento de esas energías alternativas". La obtención de energía a través del orujillo puede hacerse a través de combustión directa (el residuo se quema en calderas para obtener energía térmica), a través de ciclos de vapor o por gasificación.

Además del orujillo, se estima que el potencial energético de la poda del olivar representa el 16% de la biomasa aprovechable en Andalucía, según la Agencia Andaluza de la Energía.