"No es razonable que haya doble vara de medir"

El Gobierno de Castilla-La Mancha mantiene y mantendrá su intención de acabar con el trasvase Tajo-Segura. Ésta es una de las principales apuestas del presidente regional, José María Barreda, que ayer se mostró contundente al rechazar cualquier intento del Gobierno central de cambiar su objetivo.

Más ahora, cuando ha conseguido que el PP también respalde el 2015 como fecha tope para cerrar el grifo del Tajo, tal y como recoge la reforma del Estatuto de autonomía de la región que ya se tramita por unanimidad en las Cortes de Castilla-La Mancha.

El presidente del Ejecutivo regional pidió ayer el mismo "respeto" para Castilla-La Mancha que el que se ha tenido con las reformas estatutarias de Cataluña o Andalucía. "No me parece razonable que haya doble vara de medir", aseguró Barreda.

El presidente castellanomanchego mantiene la plena constitucionalidad de la propuesta de reforma que se hace desde esta región, con el agua como gran protagonista, y por eso afirmó: "No estoy en condiciones de aceptar que se haya aprobado la tramitación de otros estatutos más complicados que el de Castilla-La Mancha y ahora se pongan problemas al nuestro. No admito que con Castilla-La Mancha haya un comportamiento diferente". Por eso, prosiguió, "diga lo que diga el PSOE y el PP, una proposición hecha por la unanimidad de las Cortes de Castilla-La Mancha tiene que ser estudiada con respeto y tiene que ser atendida".

Desde el PP, su portavoz regional, Carmen Riolobos, aseguró que en su partido "no permitirán un paso atrás", porque "el PP ha tomado una decisión y la va a mantener hasta el final; esperamos que el señor Rodríguez Zapatero no tuerza la voluntad de Barreda". Los populares confían en que el presidente regional "no se pliegue a los intereses de su partido y de Zapatero".