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Savater sostiene que la indisciplina escolar se debe a la "crisis de autoridad familiar"

El decreto de Derechos y Deberes contempla sanciones a los padres, según Font de Mora

"La educación para mi padre fue un privilegio, para mí un derecho y para mi hijo una obligación". Ésta es de manera gráfica la evolución de la percepción de la enseñanza producida en el seno de la familia española en el último medio siglo, según explicó ayer en Valencia el filósofo Fernando Savater. "Los problemas de indisciplina escolar responden", en su opinión, "a una crisis de autoridad familiar, de abandono de los padres, por dimisión o renuncia, a educar en valores y respetar la escuela, que acaba dejando en manos de los profesores la educación de sus hijos".

"La familia ha de formar al niño para que el maestro no tenga que hacer de domador"

La escuela, y en particular los docentes, no tienen instrumentos para imponer su autoridad. "La familia tiene que preparar al niño de tal modo que el maestro luego se encuentre con un material aceptable: con alguien que sepa que hay que respetar, que no hay que pegar, que hay que escuchar... Unas pautas de domesticación básicas que permitan que el maestro no tenga que comportarse con el niño como un domador", según descifró Savater ante el millar de profesores, titulares de empresas de educación privadas, técnicos de la Administración y padres de alumnos que participan durante tres días en el primer congreso Familia y Escuela, organizado por el Instituto Valenciano de la Calidad Educativa.

Se trata de "un foro organizado", según el consejero valenciano de Educación, Alejandro Font de Mora, "para la reflexión conjunta" y, a ser posible, para poner sobre la mesa iniciativas "concretas", fácilmente aplicables. Aunque no hay una "fórmula mágica", coinciden ambos ponentes, Savater sí advirtió de que "si al niño no se le forja un carácter basado en el respeto" y la familia no enseña a los hijos que "la educación es una oportunidad extraordinaria para él", el sistema educativo por sí solo no podrá avanzar.

No es cuestión sólo de leyes o normativas, especificó Savater, si bien reconoció la utilidad de reforzar la "autoridad del docente", tanto desde la propia familia como desde el ámbito legal, de formación continuada y de revalorización de su tarea. No obstante, a juicio del filósofo y catedrático de Ética, "esta situación se debe de arreglar ya, porque el problema viene arrastrándose desde hace mucho tiempo". Antes, ironizó Savater, en casa siempre había un adulto. "Ahora el único adulto que ven los niños al llegar es la televisión: que es lo único que siempre está".

En la actual cultura del consumo, "la familia cree, además, que cuando paga se quita el problema de encima", puntualizó Savater. "Y como yo no tengo tiempo para mis hijos, pues que los eduque el maestro". Y es ahí donde se origina el problema de indisciplina que ha desembocado en "ciertos ataques de violencia" de alumnos a profesores, pero también de padres a profesores, como ocurrió la semana pasada en un colegio de Elche. Para Savater es el colmo que "aquellos padres que renuncian por comodidad o omisión a educar en la disciplina y respeto a la autoridad, sean los mismos que acuden al colegio intentando imponer su 'autoridad' al profesor, como si el servidor público fuera un criado. Pago, pues mando".

En el caso de la enseñanza pública el problema es que "los usuarios del sistema público, en España en general, no tienen el mismo respeto por sus profesionales y tienen actitudes agresivas que no tendrían en una clínica privada". En su opinión, "urge educar a los usuarios en el privilegio y valor de la enseñanza pública, que para muchos -sobre todo, los que tienen menos- es la única la que tendrán". Pero, "la buena educación es cara", advierte. Supone desdoblar grupos, tutorías, bajar la ratio, reciclar al profesorado. Dinero. Aunque de no hacerlo, el remedio será peor que la enfermedad. "La mala educación se paga muy caro", recuerda Savater.

En esa dirección, Font de Mora se mostró convencido de que sin la articulación de las tres patas del sistema -Administración, docentes y familia- no será posible hacer frente a los retos actuales. La primera medida pasa por "consensuar" la nueva carta de Derechos y Deberes (que por primera vez se extenderá también a los padres, no sólo a los alumnos), en el que, anticipó el consejero, "habrá algún tipo de sanciones para aquellos padres que no cumplan".

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