Robert Gates, un espía pragmático
El nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert M. Gates, no es ajeno a los entresijos del conflicto iraquí: hasta ayer formaba parte del Grupo de Trabajo sobre Irak, una comisión bipartidista creada por el Congreso para buscar nuevas estrategias frente la crisis, y que en breve presentará sus conclusiones. Tampoco es ajeno a las esferas del poder: fue consejero de Seguridad Nacional de cuatro presidentes de ambos partidos, y el republicano George Bush padre le puso al frente de la CIA en 1991.
Nacido en Kansas hace 63 años, Robert Gates se doctoró en Historia Rusa y Soviética en la Universidad de Georgetown. En su etapa universitaria fue reclutado por los servicios secretos, para los que trabajó durante 27 años. Es, de hecho, es el único funcionario en la historia de la CIA que llegó desde empleado de base a director de la institución (1991-1993). Ya en 1987 el presidente Ronald Reagan lo había propuesto para el cargo, pero Gates renunció al nombramiento en medio de las críticas suscitadas por el papel de la CIA en la venta de armas a Irán y la financiación de la Contra nicaragüense.
Reconocido por su pragmatismo, Gates publicó en 1996 sus memorias y se zambuyó en el mundo académico como decano de la Escuela George Bush de Gobierno y Servicio Público, y luego como presidente de la Universidad A&M de Tejas. Además era consejero en varias empresas. "Es un líder equilibrado y sólido que ayudará hacer los ajustes necesarios para enfrentar nuestros actuales desafíos", dijo ayer de él George W. Bush.
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