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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un original asador de pescados y mariscos

PORTO RUBAIYAT, nueva marisquería junto a un restaurante de carne en Madrid

José Carlos Capel

El mismo asador de carnes, Rubaiyat, que hace seis meses causara sensación en Madrid por la vistosidad de su puesta en escena, acaba de inaugurar un local anexo dedicado a los productos marinos. Del mundo de las carnes al universo de los mariscos y pescados sin esperar demasiado tiempo. Un reto para su propietario, Belarmino Fernández, que se ha sumergido en un terreno complejo en el que la clientela española es más exigente y se rige por hábitos establecidos.

Por influencia brasileña y argentina, sus cocinas alardean de emplear dos técnicas concretas, las parrillas de carbón vegetal y las cocciones en horno de barro a 600 grados. En ambos casos, técnicas limpias destinadas a respetar unas materias primas que intentan estar escogidas.

PORTO RUBAIYAT

Juan Ramón Jiménez, 37. Madrid. Teléfono 91 359 56 96. No cierra. Precio medio, entre 50 y 70 euros. Salpicón de mariscos, 26 euros. Lenguado a la parrilla, 26 euros. Arroz cremoso a la marinera, 27 euros. Tarta Tatin, 9 euros.

Pan ... 6

Café ... 5

Bodega ... 8

Ambiente ... 6

Servicio ... 6

Aseos ... 6,5

Ostras y salpicón de marisco

Porto Rubaiyat se sale de los estereotipos. No pretende ser una marisquería. Tampoco un restaurante de corte marinero. ¿Cómo definirlo? ¿Asador peculiar de pescados y mariscos que sirve algunos mariscos hervidos y platos al horno entremezclados? En pleno proceso de rodaje, los desajustes de sus propuestas desconciertan al más avezado. Junto a una nécora recién hervida notable, se ofrecen unas ostras de tipo medio con varias salsas perturbadoras que emulan los demoledores aderezos de cualquier fast food americano. Al lado de unos buenos percebes y un salpicón de mariscos importante, un pulpo a feira desaborido y mal aderezado.

Contrastes que se hacen extensivos a las preparaciones de cocina. Si la cigala a la parrilla, algo seca, y el lenguado merecen el mayor respeto, la langosta y el bogavante, bastante insípidos y tratados de semejante forma, presentan puntos de cocción exagerados. En los platos en horno de barro, más de lo mismo. Espectaculares los carabineros con espárragos; impresentable la brandada de bacalao, poco armoniosa y arrasada por el ajo, y anodino el pulpo aplastado, carente de sabor, que se acompaña de unas patatas acartonadas. Peor aún resulta el arroz a la marinera, muy vulgar, que se sirve en cazuela de barro (recipiente inadecuado), se presenta empastado y no recuerda para nada el fondo de bogavante, langostinos y chipirones que se citan ampulosamente en el enunciado.

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PORTO RUBAIYAT, iniciativa de la familia Fernández Iglesias, gallegos emigrados a Brasil, donde poseen ganaderías y enormes restaurantes,no disfruta, en absoluto, de las mismas características que el asador de carnes Baby Beef Rubaiyat. Ocupa un semisótano de techos bajos emplazado en el conocido local donde en décadas pasadas estuvo el famoso Cabo Mayor. Espacio amplio, con varios reservados y mesas de maderas tropicales, que en su nueva etapa carece del aislamiento acústico adecuado. A la entrada, un vivero con bogavantes y langostas.Y en el extremo opuesto, un mostrador con hielo picado con pescados desperdigados. Detalles estéticosque apenas contribuyen a ambientarla sala. A la hora de plantearse el menú hay que tener presente que las raciones son generosas y que la casa obsequia con pequeños aperitivos. Tal vez bolitas de queso mozzarella, salmón a la sal, croquetas o atún marinado. Todos en una línea de discreción correcta. Si acaso, basta con compartir algún entrante antes de afrontar el plato base. Superior interés merecela lista de vinos, que atesora marcas españolas importantes a precios razonables, así como una relación de botellas de Argentina, Australia, Chile, Estados Unidos, Francia, Nueva Zelanda y Portugal. Y, por supuesto, vinos de postre, además de whiskysy licores. Con los dulces la casa no abandona ese vago aire casero que caracteriza a todo lo salado. Llaman la atención el hojaldre con dulce de leche y la tarta Tatin de manzana, su mejor especialidad.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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