_
_
_
_
_
SEVILLA FESTIVAL DE CINE

Juan Diego recibe un homenaje

El Premio RTVA a la Creación reconoce el trabajo del actor

Juan Diego fue una de las personas que creyó en la importancia de Sevilla Festival de Cine desde su comienzo. Cuando el certamen daba sus primeros pasos, el actor sevillano puso su grano de arena en apoyo de una iniciativa que busca afianzar a Sevilla en la geografía del cine europeo. No en vano Juan Diego presentó la gala de inauguración de la primera edición. Dos años después, el actor recibirá el Premio RTVA a la Creación en el marco del festival. El galardón sevillano corona una racha de premios recientes.

Los Reyes entregaron al actor el pasado octubre en la Mezquita de Córdoba la medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes. Unos días antes, el intérprete sevillano había sido galardonado con la Concha de Plata al Mejor Actor del Festival Internacional de Cine de San Sebastián por su papel en Vete de mí, de Víctor García León. El galardón donostiarra ponía la guinda a una temporada, en la que ha rodado cinco películas. Entre ellas, El camino de los ingleses, de Antonio Banderas.

Nacido en 1942 en Bormujos, Juan Diego debutó en el cine en Fantasía... 3 (1966), de Eloy de la Iglesia. Su papel de señorito en la película Los santos inocentes (1984) fue un hito en su trayectoria. El filme de Mario Camus tomaba como base la novela de Miguel Delibes para hacer un retrato feroz del mundo feudal de terratenientes y campesinos en la España de la posguerra. Juan Diego se hizo con todos los gestos y actitudes del típico señorito educado para utilizar a los más pobres como bestias de carga de su capricho.

Su interpretación de Francisco Franco en Dragon Rapide (1986), de Jaime Camino, la película que contaba la historia del golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la II República, fue también un rotundo éxito. Juan Diego remedó hábilmente la imagen que muchos españoles tuvieron de Franco en la posguerra.

El actor obtuvo el Premio Goya por su papel en El rey pasmado (1991), de Imanol Uribe, un retrato ribeteado de magia de la corte decadente de los Austrias basado en una novela de Gonzalo Torrente Ballester. A mediados de los años noventa, se centró en su trabajo teatral con el estreno de la obra de Sanchis Sinisterra El lector por horas.

Luego, volvió al cine en París-Tombuctú (1999), de Luis García Berlanga, película que le valió su segundo Premio Goya. En los últimos años ha participado en series de televisión como Padre Coraje (2002), de Benito Zambrano, y en películas como Fugitivas (2000), de Miguel Hermoso, y Smoking Room (2002), de Roger Gual y Julio D. Wallovits.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_