La segunda participación más baja de los ocho comicios catalanes

Con el cien por cien de las papeletas escrutadas y con un porcentaje de participación del 56,77%, la abstención se convirtió ayer en uno de los protagonistas de la jornada electoral: el 43,23% de la población con derecho a voto se quedó en casa. Se trata del segundo porcentaje más alto en toda la historia de las elecciones al Parlamento catalán: ocho comicios.

Sólo en 1992 se registró una abstención superior: fue del 45%. Ese porcentaje bajó al 36% en 1995. Cuatro años más tarde, en las elecciones autonómicas de 1999, la abstención fue del 40,8%. Y en las convocatorias al Parlamento catalán de hace tres años, el 37,5% de los votantes se quedó en casa.

Ayer, sin embargo, la abstención rozó el 44%, siete puntos por encima de las elecciones autonómicas de 2003, y después de otra consulta, la del Estatuto del pasado mes de junio, en que la abstención cosechó el porcentaje más alto de todas: el 59,44%.

Una evolución que muestra, como uno de los elementos más destacados, que el electorado se siente cada vez menos motivado cuando se trata de las convocatorias autonómicas. En la de ayer, más de dos millones de electores rechazaron ir a las urnas.