Antón Hurtado juega con el espacio en Bilbao
La muestra incluye una serie de acuarelas de su último recorrido del Camino de Santiago
El pintor Antón Hurtado expone en Bilbao su producción pictórica más reciente con un juego de espacios que ahonda aún más en su búsqueda de lo íntimo. Lugares personales, que estará abierta hasta el 25 de noviembre, despliega en diferentes formatos las obsesiones del artista (la montaña, el frontón, el mar) en una escenificación de la espiritualidad y lo terrenal. Para convertir en más personal un espacio abierto como el de la galería Lumbreras (Henao, 3), Hurtado ha instalado un gran cajón en medio de la sala que crea otra habitación con obra expuesta.
El cajón de madera, de 3,70 por 3,70 metros, llama la atención al entrar en la galería. Ocupa un tercio de la gran sala principal y su interior se convierte en otro espacio expositivo más acogedor. Con este juego espacial, Hurtado vuelve a exponer en Bilbao. "El trabajo que estoy haciendo gira en torno a la intimidad y esta galería es muy abierta. Me gusta también el efecto sorpresa y eso lo consigo con el cubo", explica.
Dentro de esas paredes de madera ha metido "los iconos" de las cosas con que trabaja: "La isla, el frontón, el mar,..." También hay un intento de autorretrato, género con el que aún no se ha atrevido. El pequeño cuadro muestra uno de sus ojos tras el cristal de las gafas. "Un autorretrato es algo que me gustaría hacer, pero será cuando salga", dice. Mientras, se contenta con el ojo que mira la exposición dentro de la propia exposición.
Tras el cubo, una luz roja llama al visitante a rodearlo. Ésa es la intención del autor: jugar con ambos espacios y la incertidumbre de lo que habrá detrás.
De las auténticas paredes de la galería cuelga su más reciente obra, con distintos estilos y formatos, siempre presentes sus obsesiones: la isla o la montaña (el cono), el mar y el frontón, que se muestra también en pequeñas esculturas. "Creo que la escultura se acaba cuando has hecho el boceto", explica.
Un collage de dos paisajes que se encuentran en diferentes lugares conecta la sala superior con la inferior, donde Hurtado ha reunido las acuarelas de su último viaje por el Camino de Santiago (www.caminandoasantiago.com). En este caso se trata del trayecto por la costa. "Estoy condenado a hacer más caminos", confiesa. Ha sido el Camino el que ha hecho que el pintor regrese en cierta manera a sus comienzos, más naturales, de reflejo del paisaje. "El Camino sirve para aprender a ver. Durante el Camino, uno aprehende de afuera hacia dentro y luego, en el estudio, lo saca de dentro hacia afuera", concluye.
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