'Historias animadas' reúne las críticas de 30 artistas a través de la creación gráfica
La exposición Historias animadas (Sala Rekalde; Bilbao. Hasta el 7 de enero) no quiere ofrecer un simple panorama del cine de animación a través de la obra de 30 artistas internacionales. Juan Antonio Álvarez Reyes, uno de los cuatro comisarios responsables del montaje, explica que con las obras elegidas pretendieron centrarse en la capacidad de la animación para generar un pensamiento crítico. Los vídeos y las proyecciones de la exposición muestran trabajos que aprovechan las imágenes animadas, con su poder de dar vida a lo que no la tiene y construir mundos paralelos, para asumir una responsabilidad crítica en un contexto en el que gana terreno la desinformación audiovisual y el descrédito de la imagen.
Todas las obras seleccionadas tienen un fuerte carácter narrativo, destaca Álvarez Reyes. Fueron seleccionadas entre más de 400 piezas de cine de animación -en forma de instalaciones, proyecciones en varias pantallas o monocanales - visionadas a lo largo de dos años, antes de ser presentadas el pasado mes de junio en CaixaForum, en Barcelona.
Artistas como Donna Conlon, Till Nowak o Hans Op de Beek denuncian la devastación del medioambiente y las políticas de especulación; Cristina Lucas se ha centrado en la invasión de Irak, y Kao Chung-Li, en la forma en la que los medios de comunicación emplean las imágenes, mezclándolas con sus dibujos. La representación de la ausencia y el desarraigo y las nociones de comunidad y subjetividad son otros temas abordados en la exposición. Los autores han utilizado recursos propios del medio, como la caricatura, la sátira, la fábula o la alegoría. Pero es la parodia, "opuesto simétrico de la ficción", dicen los comisarios, "la estrategia que sitúa el cine de animación entre la realidad y la ficción". Para los 30 artistas de Historias animadas, "deambular por el universo de la parodia es un gesto que quizá nos proteja de la desidia crítica y el vértigo frente a la realidad".
