Cientos de miles de armas del Ejército iraquí circulan sin control
El Ejército de EE UU no controló de manera apropiada 278.000 armas de un total de 370.000 suministradas a las fuerzas de seguridad de Irak, las cuales son imposibles de rastrear porque no se anotó su número de serie.
El Pentágono, además, no sabe dónde han ido a parar 14.000 de esas armas, que simplemente han desaparecido. El Ejército falló incluso en proporcionar a los iraquíes piezas de recambio, personal de mantenimiento y manuales de reparación.
Un informe federal hecho público el domingo asegura que los militares estadounidenses no tomaron la medida elemental de registrar los números de serie de las armas entregadas a los iraquíes, según descubrió el Inspector General Especial para la Reconstrucción de Irak, imposibilitando con ello hacer un seguimiento o identificar cualquier arma que pudiera ir a manos enemigas. Precisamente el registro de los números de serie es un dato clave, dice el informe, en todo este asunto, "dada la importancia de controlar estos objetos sensibles, especialmente en el ambiente de inseguridad que hay en Irak".
El informe no examina dónde han podido acabar las armas desaparecidas o si algunas han sido usadas contra los soldados estadounidenses, aunque los traficantes trabajan sin grandes problemas en el mercado negro de Bagdad, donde también se pueden comprar sin dificultad uniformes de la policía y del Ejército, procedentes de los robos a depósitos y cargamentos del Gobierno o proporcionados por presuntos funcionarios corruptos.
El informe añade que unos 133 millones de dólares (104 millones de euros) de los fondos para la reconstrucción fueron utilizados para comprar las 370.000 pistolas, armas semiautomáticas, ametralladoras y lanzagranadas.
El informe fue realizado a requerimiento del senador republicano John W. Warner, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara, quien recientemente hizo una valoración dramática sobre la situación en Irak. Warner aseguró que Estados Unidos puede que tenga que plantearse un cambio de rumbo si el Gobierno iraquí no logra restablecer el orden en el país en dos o tres meses.
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