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Columna
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Los rollos encontrados en Salinas

Inteligencia o violencia. Pensamiento o guerra. Unamuno o Millán Astray. Dos maneras de entender la vida y las relaciones humanas.

La apertura en Valencia de la exposición Los colegios del exilio en México coincide con el "destape" de parte de un documental inédito sobre la España de los años 20.

He tenido la suerte de vivir en primera persona el rescate de tan importantes rollos (contienen, entre otras, las únicas imágenes en movimiento de Santiago Ramón y Cajal) que estuvieron en un tris de perecer bajo las bombas o por el pánico de los perdedores. Imagínense: un socialista que huye de la Alicante machacada por la aviación italiana, cargado de enseres que incluyen cuatro grandes latas con película. Un desván en la modesta casa del alcalde socialista de Salinas. Una guerra que acaba como acaba y una mujer que, ya con su esposo el alcalde encarcelado, empieza a arrojar los rollos al pozo. "Detente", le conmina alguien, "el abuelo es monárquico y nadie nos molestará". Y tres de las misteriosas tortas que son devueltas a su escondite. 70 años después, a la hija, Remedios, se le ocurre hacer obras en la casa y las sentencia otra vez a la basura. Sólo el precavido consejo de sus amigos Pepe y Susana, profesores y veraneantes, acaba poniendo el material en manos de los técnicos de la Filmoteca Valenciana, y permitiendo que hoy sean patrimonio común.

Hibernó la ciencia mientras vociferaba el fascismo. De lo restaurado se deduce un mensaje patriótico y orgulloso sobre los muchos avances en enseñanza e investigación: nuevos grupos escolares, niños y maestras en las aulas, patios, talleres y comedores, que participan de la Institución Libre de Enseñanza y responden al espíritu de las reformas pedagógicas.

Y también la Residencia de Estudiantes en Madrid: jardines, juegos atléticos, comedor, biblioteca, laboratorios efervescentes... Fotogramas muy bien conservados de Menéndez Pidal, Américo de Castro, Dámaso Alonso, Juan Negrín (presentado todavía "sólo" como médico eminente), Torres Quevedo y Río Hortega, Manuel B. Cossio...Y un Benito Pérez Galdós sentado en un banco, jugando con su perro, ya ciego poco antes de morir.

Se presume de glorias patrias, de biografías conocidas. Pero si te fijas en aquel profesorado anónimo de las escuelas nacionales graduadas no puedes dejar de preguntarte qué sería de aquellas personas. Porque ahora sabemos lo que vino después del entusiasmo de los 30; que los maestros y maestras republicanos fueron uno de los colectivos más represaliados cuando ganó la rebelión. Hasta 60.000 depuraciones sólo por haber sido progresistas y reivindicativos, por haber acogido con entusiasmo la tarea que se les encomendaba: sacar a aquella sociedad de la miseria y el atraso. Aquel atrevimiento fue castigado con dureza y el nacionalcatolicismo entró sin freno en las escuelas.

Estudios y testimonios personales (Guillermina Medrano me transmitió el suyo, aún emocionada tanto tiempo después) han inspirado películas como La lengua de las mariposas. La dictadura fusiló aquella escuela progresista y laica, y todavía seguimos la pista a sus huesos en cunetas y fosas comunes. Brutalidad y miedo contra razón y corazón: "Aniquilar la semilla de Caín", propugnaba el obispo Pla y Deniel. Así desapareció una de las mejores generaciones docentes, que ahora empieza a ser reivindicada (ver Premis Octubre y homenaje a Vicente Llorens). En este marco se inscribe la exposición de la Universitat: Los colegios del exilio en México rescata una historia de desarraigo y supervivencia, pero también de reconocimiento de la educación como factor de progreso. La herencia de Giner de los Ríos y otros reformistas trasplantada a la fuerza al otro lado del océano. Algunas de aquellas escuelas siguen funcionando, como el Colegio Madrid cuyo director Alejandro Pérez cuenta que forman seres humanos en la dignidad, la honestidad y la razón. Y que siguen cantando el Himno de Riego cada 14 de abril.

A la postre, Machado ha vencido a Queipo de Llano. Un final que habría gustado a quienes quiera que elaboraran estos rollos ahora encontrados en Salinas.

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