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Entrevista:

"Un Rey hoy debe empaparse en los episodios de Alfonso XIII"

La historiadora Carmen Iglesias recorre la actualidad a través de diferentes vocablos

Juan Cruz

Carmen Iglesias acaba de publicar Razón, sentimiento y utopía en Galaxia Gutenberg. Aborda ahí la Ilustración basándose en textos de Rousseau, Voltaire y Montesquieu. Académica de la Historia y de la Lengua, preceptora que fue del Príncipe de Asturias, recorre un diccionario que combina la actualidad con la historia a partir de conceptos o vocablos que protagonizan su libro. Mientras hablamos en la Academia de la Historia, la espera en el coche su perra, Clío, el nombre de la musa de los historiadores.

- Crispación. "Enfrentamiento entre dos posturas extremas en el que los interlocutores son sordos unos a otros. ¿Pasa ahora? En ciertos sectores, pero no en la sociedad civil: entre políticos y en algunos sectores periodísticos. Hay una serie de motivaciones, unas de más largo alcance y otras que son coyunturales. Las causas son múltiples: desde el 11-M a las sucesivas decisiones y reacciones con respecto a estatutos de autonomía. No soy política, así que desconozco cómo se resolvería esta crispación".

- Memoria histórica. "La memoria es siempre individual, no colectiva... Es más emocional. ¿Que si está bien la que propone el Gobierno? Yo creo que no. Hay que ayudar a que todo el mundo recupere toda suerte de víctimas que haya podido haber en una dictadura. ¿La Guerra Civil? Creo que acabó en la transición. Afortunadamente".

- El Príncipe. "Fui su preceptora, sí. ¿Qué me preocupó que aprendiera? Nada especialmente. Vi enseguida que era una persona inteligente, con una gran curiosidad, que comprendía desde el primer momento que las cosas nunca son blancas o negras, y que hay que elegir, y que eso tiene un costo... ¿Qué debe saber un rey de España? Debe saber historia, pero también literatura. ¿Un hecho? En un momento como éste debe saber historia contemporánea, y ha de estar bien empapado en los episodios de Alfonso XIII, aquella España que fue a la Guerra Civil, que fue lo peor que nos ha pasado en el siglo pasado. Desde la invasión napoleónica no nos había pasado algo peor".

- Paz, proceso de. "No me gusta la expresión. No hay guerra, por tanto ¿cómo se puede hablar de proceso de paz? En Irlanda había una guerra. Podemos entender por paz ahora; entonces, que no haya coacciones. Asesinatos, por fortuna, no hay desde hace mucho tiempo. Lo que vivimos ahora es, a mi juicio, el intento de acabar ya con el terrorismo".

- Justicia (según Montesquieu y ahora). "Ha sido uno de nuestros pivotes, y su independencia es una garantía: debe estar fuera de toda coacción política, del Ejecutivo e incluso del Legislativo. ¿Qué salud tiene? Depende de las épocas. Y en épocas de crispación, cuando hay más tensión, la presión política sobre la justicia se hace más fuerte".

- Política y ética. "Es muy común asociarlas, en Montesquieu sobre todo. Él pensaba que la política no es un fin, es un medio para los ciudadanos, protege el espacio común de igualdad ante la ley... Cuando la política se convierte en un fin se entromete en el reino de la virtud...".

- Utopía. "Está inscrita en la condición humana. Sin un pensamiento utópico sobre lo que puede ser el futuro, no somos seres humanos".

- Cinismo. "Es negar la evidencia, la perversión del lenguaje, utilizarlo para engañar. Los trenes de Hitler no se llamaban trenes de la muerte, sino los trenes de los desplazados. ¿Ejemplos actuales? Uf, tendría que ver la prensa de hoy y empezar a señalar".

- Mentira. "Hay muchos tipos de mentira. George Steiner señala la capacidad de falsar la realidad; no de falsearla, sino de falsarla. Lo he tratado bastante: la mentira individual es la máscara que necesitamos, porque si todos fuéramos sinceros, si fuéramos, como se dice, 'con la verdad por delante', la vida estaría llena de groseros insoportables... Pero la mentira inocua es inofensiva".

- Voltaire y la felicidad.

"Hay terribles desgracias sobre la tierra, señora, mientras que los que llamamos felices son devorados por las pasiones o por el tedio". "Significa que aunque la felicidad no exista, o resulte imposible, hay que actuar como si estuviera a nuestro alcance. La felicidad es una cosa efímera. Yo no creo en la felicidad social. A mí, en concreto, me hace feliz la amistad".

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