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Una constructora culpa al consistorio de Tarragona de llevarla a la quiebra

El sobrecoste de un aparcamiento enfrenta al Ayuntamiento y la firma

La prolongación de las obras del aparcamiento Jaume I de Tarragona han llevado a la constructora Sistemas Alem al borde de la quiebra. Así lo denunció ayer la empresa, que estudia demandar al consistorio por daños y perjuicios en una obra presupuestada en 2001 en cuatro millones de euros y que acabará costando 16 por las modificaciones sufridas por el proyecto y por su complejo sistema de financiación.

El aparcamiento, ubicado en la parte alta de Tarragona, y que contará con un novedoso sistema inteligente de raíles y elevadores para guardar automáticamente los vehículos, se ha convertido en el principal quebradero de cabeza del consistorio. Hoy, en plena campaña electoral, el alcalde y candidato convergente al Parlament, Joan Miquel Nadal, anunciará que el consistorio se hace cargo de lo que queda de las obras y que tratará de quedarse con el porcentaje de Sistemas Alem en la obra, que es del 49%.

Sistemas Alem es una pequeña firma de ingeniería sin capacidad para hacer frente a un proyecto que implique los gastos de obra civil que ha comportado la construcción del aparcamiento. Así lo reconocen fuentes de la firma, que explican que, pese a esta circunstancia, el Ayuntamiento aceptó que participaran en una unión de empresas junto con Aparcaments Municipals de Tarragona (AMT), que ha tutelado la obra con un 51% de participación. El alcalde aseguró ayer que ofreció a Sistemas Alem convertirse en un mero proveedor de la parte mecánica y el software del aparcamiento inteligente, pero que la firma le pidió ser socios en la empresa. Sistemas Alem niega que pidiera entrar como socio y que hubiera querido participar sólo en la parte tecnológica.

Estas versiones encontradas no esconden, sin embargo, una compleja financiación del aparcamiento -se ha pasado de los cuatro millones iniciales a 16, según un acta de la unión de empresas de marzo pasado-, lo que ha contribuido a la quiebra de la firma. Sistemas Alem pidió un crédito de dos millones en 2002 para llevar a cabo la obra civil. Más adelante, lo amplió en 800.000 euros. La construcción ha corrido a cargo de la empresa Lubasa.

Sistemas Alem asegura que el otro socio, la empresa municipal AMT, no ha aportado ni un céntimo a la obra. Alem, tras pagar la obra civil y al terminarse ésta, habría ido cobrando a medida que instalara su sistema inteligente.

Pero los retrasos se acumularon y, sin terminar la obra civil, la firma no podía comenzar a instalar su sistema. Así que decidió terminar el alisamiento del suelo por su cuenta, para así poder instalar los raíles y elevadores. El resultado: más dinero invertido y sin poder cobrar su trabajo.

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Ahora, tras unas negociaciones fracasadas, el consistorio, que ya ha pedido un crédito de nueve millones para acabar la obra, quiere apartar a Sistemas Alem y quedarse como único socio. "Soy culpable de muchas cosas, pero no de su quiebra. Hasta les hemos avalado los créditos para que pudieran trabajar", aseguró ayer Nadal.

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