_
_
_
_

Una constructora culpa al consistorio de Tarragona de llevarla a la quiebra

El sobrecoste de un aparcamiento enfrenta al Ayuntamiento y la firma

La prolongación de las obras del aparcamiento Jaume I de Tarragona han llevado a la constructora Sistemas Alem al borde de la quiebra. Así lo denunció ayer la empresa, que estudia demandar al consistorio por daños y perjuicios en una obra presupuestada en 2001 en cuatro millones de euros y que acabará costando 16 por las modificaciones sufridas por el proyecto y por su complejo sistema de financiación.

El aparcamiento, ubicado en la parte alta de Tarragona, y que contará con un novedoso sistema inteligente de raíles y elevadores para guardar automáticamente los vehículos, se ha convertido en el principal quebradero de cabeza del consistorio. Hoy, en plena campaña electoral, el alcalde y candidato convergente al Parlament, Joan Miquel Nadal, anunciará que el consistorio se hace cargo de lo que queda de las obras y que tratará de quedarse con el porcentaje de Sistemas Alem en la obra, que es del 49%.

Sistemas Alem es una pequeña firma de ingeniería sin capacidad para hacer frente a un proyecto que implique los gastos de obra civil que ha comportado la construcción del aparcamiento. Así lo reconocen fuentes de la firma, que explican que, pese a esta circunstancia, el Ayuntamiento aceptó que participaran en una unión de empresas junto con Aparcaments Municipals de Tarragona (AMT), que ha tutelado la obra con un 51% de participación. El alcalde aseguró ayer que ofreció a Sistemas Alem convertirse en un mero proveedor de la parte mecánica y el software del aparcamiento inteligente, pero que la firma le pidió ser socios en la empresa. Sistemas Alem niega que pidiera entrar como socio y que hubiera querido participar sólo en la parte tecnológica.

Estas versiones encontradas no esconden, sin embargo, una compleja financiación del aparcamiento -se ha pasado de los cuatro millones iniciales a 16, según un acta de la unión de empresas de marzo pasado-, lo que ha contribuido a la quiebra de la firma. Sistemas Alem pidió un crédito de dos millones en 2002 para llevar a cabo la obra civil. Más adelante, lo amplió en 800.000 euros. La construcción ha corrido a cargo de la empresa Lubasa.

Sistemas Alem asegura que el otro socio, la empresa municipal AMT, no ha aportado ni un céntimo a la obra. Alem, tras pagar la obra civil y al terminarse ésta, habría ido cobrando a medida que instalara su sistema inteligente.

Pero los retrasos se acumularon y, sin terminar la obra civil, la firma no podía comenzar a instalar su sistema. Así que decidió terminar el alisamiento del suelo por su cuenta, para así poder instalar los raíles y elevadores. El resultado: más dinero invertido y sin poder cobrar su trabajo.

Ahora, tras unas negociaciones fracasadas, el consistorio, que ya ha pedido un crédito de nueve millones para acabar la obra, quiere apartar a Sistemas Alem y quedarse como único socio. "Soy culpable de muchas cosas, pero no de su quiebra. Hasta les hemos avalado los créditos para que pudieran trabajar", aseguró ayer Nadal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_