Mason Andrews, ginecólogo
Fue pionero en Estados Unidos en la investigación sobre la fertilización 'in vitro'
Mason Andrews, el médico que asistió el parto del primer bebé probeta de Estados Unidos, murió el 13 de octubre de fibrosis pulmonar en su casa de Norfolk, en el estado de Virginia, a los 87 años. Andrews, que era tocólogo y ginecólogo, había asistido el parto de más de 5.000 bebés en su ciudad natal de Norfolk antes del nacimiento por cesárea de Elizabeth Carr, el 28 de diciembre de 1981, en la Eastern Virginia Medical School de esa ciudad.
El nacimiento del primer "bebé probeta" de Estados Unidos dio esperanzas a cientos de miles de mujeres estadounidenses que no podían quedarse embarazadas. Carr fue la primera de los aproximadamente 330.000 bebés que han nacido desde entonces por fertilización in vitro en Estados Unidos, según la American Society of Reproductive Medicine.
No faltó la controversia. Andrews había invitado a los doctores Howard y Georgeanna Jones, que pensaban retirarse del Laboratorio de Fisiología Reproductiva de la Universidad Johns Hopkins, a dar clase en la Eastern Virginia Medical School, cofundada por Andrews. Llegaron en julio de 1978, el mismo mes que nació en Inglaterra el primer bebé probeta del mundo, Louise Brown. Un periodista preguntó si se podría hacer lo mismo en Norfolk. "No veo por qué no", respondió uno de los médicos.
Andrews dijo que no estaba entre sus planes establecer una clínica de fertilización in vitro. Pero mientras que otros médicos y hospitales que dependían de fondos del gobierno federal esperaban el permiso para hacer precisamente eso, la clínica Norfolk de la escuela de medicina, financiada por particulares, dio el primer paso. El procedimiento no le costaba nada a la clínica, porque los que lo usaban "lo pagaban de su bolsillo", según dijo Andrews a The Washington Post en 1979.
En la vista para la petición del Certificado de Necesidad -el cual se requiere cuando un hospital prueba un nuevo tipo de intervención médica- los detractores de la técnica hicieron una demostración de fuerza. Liderados por activistas antiaborto y predicadores fundamentalistas, los detractores lucharon para impedir que se abriera la clínica, ante el temor de que los investigadores experimentasen o descartasen embriones. Se erigieron piquetes al mismo tiempo que el centro se veía inundada por cientos de cartas y llamadas telefónicas de parejas desesperadas que deseaban ser sus primeros pacientes.
Durante todo este tiempo, Andrews, un cortés hijo y nieto de médicos, fue el portavoz de la clínica. "Lo que de verdad tiene que decidir la sociedad", dijo en 1980, después de que el hospital hubiera obtenido el certificado, "es si algo que resulta objetable para un segmento de la sociedad debe estar prohibido para el resto". Después de 30 intentos, los Jones guiaron la fertilización en una placa de Petri de un huevo humano hasta su nacimiento. Usando fármacos para la fertilidad, que hicieron que la paciente de 28 años, Judith Carr, ovulase en un momento determinado, los médicos "atraparon" las células embrionarias con un instrumento parecido a un telescopio y las colocaron en una placa de Petri junto con los espermatozoides del marido de Carr. El enjambre de células resultante fue reinsertado después en el útero de Carr,
La hija de la pareja, Elizabeth, nació nueve meses después y pesó 2,65 kilos. Ahora Elizabeth Jordan Comeau es periodista y vive en Maine. "Para mí fue como un abuelo", dijo refiriéndose a Andrews. "Le conozco desde el día que nací, e incluso desde antes", añadió con humor la primera niña probeta estadounidense.
Mason Andrews, nacido en Norfolk, se licenció en la Universidad de Princeton en el año 1940 y obtuvo el título de Medicina en la Johns Hopkins tres años después, en 1943. Sirvió en la Armada y después acabó su formación médica en la Johns Hopkins antes de volver a Norfolk, donde trabajó en el ayuntamiento y fue alcalde.
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