El fiscal pide 52 años para el acusado del asesinato de una joven en Lleida
El juicio a Chamba, convicto de ocho asesinatos en Ecuador, levanta expectación
Nunca antes un juicio había despertado tanta expectación en la Audiencia Provincial de Lleida, donde ayer se inició la vista oral contra el ecuatoriano Gilberto Antonio Chamba Jaramillo, de 45 años, como presunto autor de la violación y asesinato de la joven Maria Isabel Bascuñana Royo, una estudiante de Derecho de 21 años cuyo cadáver fue encontrado hace dos años en el maletero de su coche. El fiscal pide una pena de 52 años de prisión, conocido como "el monstruo de Machala" por haber asesinado en su país de la misma manera a ocho mujeres.
El crimen, ocurrido la noche del 23 de noviembre de 2004 cuando la víctima fue a recoger su coche, estacionado en un aparcamiento cercano a la facultad donde Chamba trabajaba como vigilante, causó gran alarma social en la ciudad, sobre todo cuando se supo que el acusado era un asesino en serie y había conseguido que la Oficina de Extranjería de Lleida regularizara su situación en España sin haberle solicitado sus antecedentes penales en su país de origen. La familia tiene previsto demandar al Estado por este error.
Los forenses confirmaron que Maria Isabel se defendió de su agresor antes de ser violada y de morir estrangulada. Chamba, que se mostró en todo momento como una persona fría y fabuladora, se declaró ayer inocente y, a pesar de no tener ninguna coartada creíble para poder demostrar que no tuvo nada que ver con el crimen, recurrió a la fabulación para explicar al tribunal historias inverosímiles. Las pruebas que le incriminan -huellas en el coche y semen en el cuerpo de la víctima- son avasalladoras. Sin embargo, a preguntas de la fiscal y de la acusación particular, negó una y otra vez los hechos: "Le digo mi verdad: yo no la conocía y tampoco la maté".
A partir de ese momento y con un discurso incoherente, el acusado abundó en la teoría de que su detención se debió a un complot de personas que le querían hacer daño. En concreto, se refirió a una banda de ecuatorianos o colombianos que desde hacía meses le extorsionaban y amenazaban para conseguir dinero. "El único delito que he cometido en España es haber venido a trabajar y haber abandonado a mi familia en Ecuador", señaló.
Versión rocambolesca
Cuando la fiscal le preguntó cómo se explicaba que se hubiera encontrado semen suyo en el cuerpo de la víctima, Chamba ofreció una versión rocambolesca cercana a lo absurdo. El acusado explicó que la noche anterior al crimen tuvo relaciones sexuales con una mujer colombiana y lo que pudo ocurrir es que ésta se guardara el preservativo con su semen y alguien lo introdujera en la vagina de la joven asesinada para implicarle en el crimen. Los forenses descartaron esa posibilidad sin existir penetración. Después, a pregunta de la acusación particular, reconoció que por esas fechas había visto la película Presunto inocente en cuya trama aparece un episodio similar.
Chamba es un peligroso asesino en serie que antes de llegar a España cumplió ocho años de prisión en Ecuador por la violación y muerte de ocho mujeres. Tras ser detenido como principal sospechoso de la muerte de María Isabel Bascuñana, dos mujeres, una de ellas dedicada a las prostitución, declararon ante los Mossos d'Esquadra que Chamba también intentó asesinarlas meses antes, pero él también lo negó ayer ante el tribunal que le juzga. El acusado reconoció que tenia un billete para viajar a Caracas el 1 de diciembre, el mismo día que fue detenido, pero no pudo utilizarlo por una indisposición, aunque había reservado otro billete para volar dos días después a Quito.
Los forenses definieron a Chamba como una persona que miente con facilidad, que no presenta trastornos graves de personalidad y que es consciente de sus actos. Los psiquiatras que le examinaron dijeron que tiene una psicopatía integrada que le permite llevar una vida familiar y laboral normal, aunque manifiesta "un fuerte deseo de mezclar violencia y sexo". Por todo ello, los peritos consideran que su perfil psicológico responde al de un asesino en serie "con un elevado riesgo de reincidencia".
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