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Tribuna:LAS FUENTES DE ENERGÍA
Tribuna
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Apoyar el uso de la energía nuclear sin dogmatismos

La energía nuclear en España aporta una parte fundamental de la electricidad que consumimos y lo viene haciendo desde hace más de cuatro décadas. No obstante, su uso sigue siendo diana de polémicas basadas más en estereotipos que en razones técnicas, ambientales o económicas.

El parque eléctrico español ha crecido en los últimos años en base al gas natural y la energía eólica, lo que, en la actual coyuntura, pero de manera seguramente estructural, ha llevado a un incremento de los costes de producción que en 2005 se cifró en 3.800 millones de euros y este año se acercará a los 5.000. Al mismo tiempo, la aportación de la energía nuclear, manteniéndose en el entorno de 60.000 gigavatios/hora, ha caído por debajo del 20%, cumpliéndose en cierta medida el compromiso del Gobierno de disminuir el peso de la energía nuclear en la cesta energética.

En esta situación, ciertos grupos minoritarios insisten en su cruzada antinuclear no reconociendo la aportación de esta energía y haciendo uso de los mismos argumentos, sin evolución alguna, que se escuchaban en el pasado.

La energía nuclear suministra electricidad con un coste variable de 15 euros megavatios/hora, cuatro veces inferior al precio marcado en el mercado diario. Además, evita la emisión de 45 millones de toneladas de CO2 no agravando el incumplimiento por parte de España de sus compromisos ante la Unión Europea con relación a Kioto (actualmente excedemos las emisiones permitidas en 100 millones de toneladas de CO2). Ante una dependencia exterior en energía del 85% que hace muy vulnerable a nuestra economía, la producción nuclear evita la importación de productos energéticos que supondrían un coste para nuestra balanza de pagos, ya suficientemente deficitaria, cercano a los 3.000 millones de euros. El operador de sistema eléctrico, REE, ha manifestado en diversas ocasiones la contribución de las centrales nucleares a la generación en base y a asegurar el suministro en las puntas de demanda.

Esta actividad se realiza dentro del más estricto cumplimiento de los requisitos de seguridad, leitmotiv del funcionamiento de las centrales, como queda acreditado no sólo por el Consejo de Seguridad Nuclear, que reporta directamente al Congreso y al Senado y es la pieza fundamental de nuestro sistema de garantías en Seguridad Nuclear, sino también por las revisiones que realizan el Organismo Internacional para la Energía Atómica, la Unión Europea y la Organización Mundial de Operadores de Centrales Nucleares.

Sin duda, el funcionamiento continuado del parque nuclear en España es la primera opción para obtener un suministro eléctrico seguro, competitivo y respetuoso con el medio ambiente y, por tanto, es una prioridad para la industria española y para nuestra economía, necesitada de fuentes energéticas que le permitan mantener su competitividad.

El buen funcionamiento del parque nuclear español se basa en la existencia de una industria nuclear española que, junto con los operadores de las centrales, mantiene capacidades de diseño, fabricación y apoyo a la operación, en la punta de la tecnología, implantando los desarrollos e innovaciones tecnológicas. La competitividad de la industria nuclear permite participar mundialmente en el suministro de componentes de muy alto valor añadido, como los fabricados por Equipos Nucleares en Santander y de combustible nuclear por Enusa en Salamanca, junto con otras empresas de menor dimensión pero de muy alta tecnología. Ello supone un valor cercano a los 3.000 millones de euros anuales para nuestra economía.

Estas consideraciones se tuvieron en cuenta en la Mesa para el Diálogo sobre el Futuro de la Energía Nuclear en España que el Ministerio de Industria convocó a principios de año, sirviendo para que la Secretaría General de la Energía, que la presidía, concluyese que una reducción progresiva de la generación nuclear "exigiría disponer de un plan alternativo de sustitución realista".

La Mesa apoyó la construcción de un Almacén Temporal Centralizado (ATC) para abordar el tratamiento del combustible utilizado en las centrales, con todas las garantías de seguridad. El desarrollo de soluciones de almacenamiento futuras queda abierto, permitiendo en el futuro el uso de la energía que este combustible todavía almacena.

De esta manera, se apoyaba el posicionamiento del Congreso de los Diputados solicitando del Gobierno el desarrollo del citado almacén. Éste lo ha articulado a través del Plan General de Residuos remitido al Parlamento y la creación de una Comisión Interministerial, con la participación de siete ministerios, para decidir el sistema de selección del lugar donde se construirá el citado almacén y en su día realizar una propuesta en base a la voluntariedad del Ayuntamiento que lo acoja. No se trata de explicar aquí la totalidad de las condiciones ligadas a esta decisión, sino de presentar cómo se está desarrollando una política impulsada por el Parlamento y por el Gobierno con todas las garantías de seguridad y transparencia, tantas veces reclamada por los críticos, y que desgraciadamente está siendo boicoteada por ellos a pesar del carácter democrático de la posible decisión.

Las conclusiones de la citada Mesa proponiendo la realización de un debate sobre esta materia, que se prolongaría hasta 2009, permiten establecer en España una senda para el uso futuro de la energía nuclear, en consonancia con las tendencias mundiales y europeas. La evolución que se ha producido desde 2004 en los costes y el suministro de las materias primas, la problemática del cambio climático y el incremento de nuestra dependencia exterior así lo exigen.

Es necesario que discutamos de manera realista cómo vamos a utilizar la energía nuclear, y así lo estamos haciendo, más que insistir en el abandono de una tecnología que permite y permitirá ayudar a resolver los retos energéticos futuros. Todas las fuentes serán necesarias y también la nuclear.

En estos tiempos agitados de la electricidad en España, la energía nuclear seguirá siendo una de las bases del sistema y contribuirá al bienestar de nuestros ciudadanos.

Eduardo González Gómez es presidente del Foro de la Industria Nuclear Española.

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