La emoción de Bernarda de Utrera
La emoción fue protagonista. Emoción en la persona de Bernarda de Utrera, al borde de los ochenta años, casi ciega y que se mueve con dificultad. Salió acompañada de tres familiares que la ayudaban a caminar y dijo de entrada: "He venido porque era un homenaje a don Fernando Montoro, pero estoy mu malita, mu malita". Y las lágrimas se veía mal para reprimirlas.
Cantó una serie de bulerías, y nada más. La sala, convertida en un templo en el que no se oía ni respirar. Con voz apagada, estas bulerías no tenían mucho que ver con su forma briosa de cantarlas antes. Una letra dedicada a Montoro, otra a su hermana la Fernanda, y aquí las lágrimas ya no pudo retenerlas. Terminó y se retiró, y entonces una sobrina que la acompañaba -ni siquiera dijo su nombre- se hizo un cante. Pero la atención estaba en la Bernarda, la emoción se llamaba Bernarda.
Homenaje flamenco a Fernando Montoro
Cante: Rubito Hijo, Vicente Soto, Carmen de la Jara, Paco del Pozo, Diego Clavel, Yeyé de Cádiz, José Menese, José de la Tomasa, Bernarda de Utrera. Toque: Fernando Rodríguez, Antonio Carrión, El Mami. Ateneo 1º de Mayo. Madrid, 17 de octubre.
Fue una noche de buen cante. "Aquí hay mucho arte", dijo uno de los presentadores, que versó la personalidad de Fernando Montoro, gran aficionado que grabó en una ocasión para el archivo de cante jondo de Vergara. Estuvo inmenso José de la Tomasa, quien cantó por malagueñas, por siguiriyas -el himno de su familia, y ciertamente las bordó- y por bulerías. José Menese también brilló a gran altura, cantando la farruca, por soleares y por siguiriyas.
La farruca de Menese fue uno de los varios palos poco frecuentados por los cantaores. Otro fue la caña que cantó Diego Clavel, también excepcional esta noche; hizo la caña y la siguiriya cantando a tumba abierta. Por levante en cambio sólo cantó Paco de Pozo, muy bien por cierto; cantó también por soleares, espléndido. Vicente Soto también dejó testimonio de su buen hacer, con soleá por bulerías de gran empaque. Carmen de la Jara, por alegrías y por bulerías, dio fe de un excelente dominio de los cantes. El Yeyé de Cádiz hizo martinetes marcando el compás con un bastón, y después alegrías en las que se eternizó. Rubito Hijo cantó correctamente por siguiriyas y por bulerías. Entre los guitarristas, destacó infatigable Antonio Carrión, demostrando una enorme clase.
Babelia
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