Artistas alemanes en el Guggenheim

El paso del tiempo y los acontecimientos históricos han dejado su impronta en la obra de artistas alemanes tan diferentes entre sí como Joseph Beuys (Krefeld, 1921-Düsseldorf, 1986), Anselm Kiefer, (Donaueschingen, 1945), Gerhard Richter (Dresde, 1932) y Hanne Darboven (Múnich, 1941). La exposición Pasajes, que hoy se abre al público, reúne en el Museo Guggenheim Bilbao obras de los cuatro artistas procedentes, fundamentalmente, de las compras y encargos realizados por los museos Guggenheim de Nueva York, Berlín y Bilbao y seleccionados por su interés en registrar el tiempo y su compromiso con la historia del siglo XX.

Pasajes arranca con la monumental instalación Rayo iluminando un venado, que el Guggenheim Bilbao compró a la viuda de Beuys en 2001. La obra, una composición de 39 elementos, resulta un compendio de la carrera de Beuys, ya que su elaboración se prolongó a lo largo de casi tres décadas y fue finalizada meses antes del fallecimiento del artista. El grueso de la exposición dedicada a Beuys está formada por sus múltiples, el mejor vehículo que el artista encontró para difundir sus ideas.

Desde mediados de los años sesenta hasta su muerte, Beuys realizó 600 múltiples, entre esculturas, impresiones, películas, cintas de audio y fotografías, en ocasiones derivadas de obras anteriores, objetos encontrados o reliquias de sus performances. Pasajes cuenta con casi una edición completa de los múltiples de Beuys. Son, en total, 570 piezas, prestadas para la muestra por una fundación estadounidense, en las que se repite el uso metafórico de materiales como el fieltro y la grasa, para evocar la necesidad de protección y alimentos.

El público volverá a ver en Pasajes la colección de obras de Kiefer propiedad del Guggenheim Bilbao, que cuenta con 13 piezas, entre pinturas, esculturas, grabados y libros realizados a lo largo de 20 años de su carrera. En ellas Kiefer revisó los mitos y la historia de Alemania en obras de gran formato, realizadas con una paleta monocroma llena de solemnidad.

Darboven utiliza series de números para registrar el paso del tiempo, combinados a veces con textos o con fotografías y objetos. En Pasajes presenta una instalación encargada por el Guggenheim de Berlín, finalizada este mismo año después de 10 años de trabajo. La obra es un homenaje a Picasso, elegido por Darboven como el artista más representativo del siglo XX. Más de 9.000 hojas de papel, escritas con un simple rotulador, forman 270 paneles, que cubren totalmente las paredes de la sala de exposición. Es el registro, en forma de números, de las fechas más importantes del fin del siglo XX. Picasso está presente en el montaje con un busto de bronce, una litografía de los años cincuenta y esculturas inspiradas por su obra. Darboven ha completado la obra con una composición musical, Opus 60, que se puede escuchar durante la visita.

Los vínculos de Richter con la fotografía y el tiempo que le ha tocado vivir queda patente en Atlas, una obra que comenzó en 1962 y sigue elaborando. La mitad de los 700 paneles que ya forman Atlas, custodiados en el Museo Lenbachhouse, en Múnich, están expuestos en Pasajes, mostrando fotografías personales junto a imágenes que están en el origen de sus cuadros. Las fotos del álbum familiar comparten espacio con los retratos de los terroristas de la Baader Meinhoff y recortes de periódicos sobre acontecimientos de actualidad. En 2003 Richter dedicó varios paneles de Atlas a la guerra de Irak, en los que textos del Frankfurter Allgemeine Zeitung se ilustran con detalles de sus cuadros abstractos.