Los cuatreros van en 'quads'
Ganaderos de la localidad gaditana de Barbate patrullan sus campos para evitar nuevos robos de animales
Nada más acabar de cenar, el ganadero Juan Marchante, acompañado de otros tres colegas suyos, sale de casa. Toca patrulla nocturna. Marchante coordina la operación. Un todoterreno les conduce a diferentes puntos estratégicos a lo largo de una finca de más de 5.000 hectáreas. La luna llena les permite controlar parte de sus animales desde lo alto del cerro. Todo está tranquilo. Hoy lo cuatreros no han aparecido. A las tres de la madrugada el dispositivo de vigilancia concluye, aunque al día siguiente otros compañeros repetirán la misma operación.
Los 50 miembros de la Asociación Barbateña de Ganaderos se reparten las 5.300 hectáreas del campo de adiestramiento que el Ministerio de Defensa tiene en la sierra del Retín, del que pueden hacer uso merced a un acuerdo. Allí reparten sus casi 2.000 vacas, 1.000 terneros y un centenar de toros sementales, todos convenientemente identificados con códigos para distinguir a quién pertenece cada uno. La enorme extensión dificulta detectar las desapariciones de los animales, pero en los últimos días huellas de vehículos y el hallazgo de piezas descuartizadas hicieron saltar todas las alertas. Los ganaderos decidieron entonces iniciar sus propias patrullas de vigilancia por la noche. Y esos controles dieron sus frutos la pasada semana, cuando detectaron a un grupo de ladrones tratando de llevarse a un becerro en un quad. La presencia de los ganaderos ahuyentó a los cuatreros. El primer éxito de las patrullas.
Hasta ahora, la Guardia Civil ha recibido ocho denuncias por robos en esta finca que explota la Asociación Barbateña de Ganaderos. "Creemos que pueden ser muchos más pero, hasta ahora, sólo hemos podido probar esos ocho", relata el presidente, Juan Marchante, quien tuvo la idea de organizar batidas por la noche para evitar nuevas sustracciones. "Vamos en grupos de tres a cuatro personas. Primero nos movemos en coche y después vigilamos a pie durante un rato", detalla el ganadero. En ella participan activamente las víctimas de algunos robos. "No queremos enfrentarnos con nadie. Ni siquiera vamos armados. Lo único es que queremos cogerlos in franganti para tener pruebas y decirles que esto es nuestro y que los que no tienen que estar aquí son ellos", asegura Marchante.
Becerros robados
Aunque los ganaderos aseguran que cuentan con la colaboración de la Guardia Civil, el instituto armado no da demasiada trascendencia a sus denuncias. "Sólo es el robo de unos pocos animales. No hay constancia de ninguna banda organizada ni tampoco sabemos si esas patrullas están resultando eficaces", mantiene un portavoz de la Guardia Civil.
La asociación revela que existen muchas pistas sobre la identidad de los ladrones sorprendidos la pasada noche, ya que, además de la matrícula de uno de los dos quads en los que viajaban, fue descubierto en un casa cercana un lugar donde fue despiezado uno de los animales. Allí aparecieron restos que corresponderían con uno de los becerros robados. De momento, la Guardia Civil asegura carecer de pistas fiables y no ha podido realizar detenciones.
Los ganaderos desconocen el destino final de los animales robados. "Si los ladrones proceden de círculos marginales, es posible que vendan la carne en su entorno. En otro sitio no, porque la gente, en general, exige garantías de calidad. Aunque puede ser que sea para consumo propio", explica Marchante. Los becerros sustraídos más pequeños no superaban los 200 kilos. Con ese peso podrían alcanzar en el mercado unos 500 euros.
Los profesionales del campo confían en que sus patrullas, al menos, amedrenten a los cuatreros. Desde la noche que sorprendieron a los ladrones en quads, no han vuelto a aparecer. De momento, continuarán patrullando, vigilando desde lo alto del cerro.
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