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Reportaje:

Un pequeño Carmel andaluz

Un juzgado paraliza el arreglo de una céntrica calle hundida hace 13 meses en Alcaudete (Jaén)

Ginés Donaire

Han pasado más de 13 meses y María Moraleda, una vecina de Alcaudete, un pueblo de unos 11.000 habitantes de Jaén, aún tiene pesadillas y el susto metido en el cuerpo. Eran las 9.00 del 11 de agosto del pasado año cuando el derrumbe de un muro de contención en unas obras contiguas hizo que el suelo de la calle cediera hasta originar un socavón que medía unos 60 metros de largo y 30 metros de ancho.

El resultado del que ya se conoce como el pequeño Carmel -el barrio barcelonés en el que más de un millar de familias se vieron afectadas por el hundimiento de un túnel- fue la aparición de profundas grietas en las viviendas de la zona y el cierre inmediato de la calle del Carmen, lo que motivó el desalojo de tres familias y, pese a todo, la alegría contenida por lo que podía haber pasado y no pasó. "Fue algo horrible, la casa se fue rajando poco a poco y temimos lo peor", recuerda emocionada María que, junto a su marido y sus dos hijos mayores, siguen viviendo en un piso alquilado por el Ayuntamiento. Cuando parecía que el conflicto estaba en vías de solución -el Consistorio de Alcaudete ya tenía casi finalizadas las obras de reparación-, la vía judicial ha paralizado la reapertura de esta céntrica calle, que era la entrada principal a la población.

La denuncia de una vecina de la localidad que se considera afectada ha llevado al juzgado a suspender cautelarmente los trabajos municipales, una decisión que ha recurrido el Ayuntamiento ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Desalojo de familias

La calle del Carmen de Alcaudete no sólo tiene paralelismo semántico con el barrio barcelonés del Carmel. Aquí también hubo familias desalojadas de sus casas (bien es cierto que sólo tres, una de las cuales ha vuelto a su casa), los problemas del tráfico rodado se agravaron y el socavón cambió la suerte de los comerciantes de la zona.

De hecho, la Asociación de Comerciantes de Alcaudete ha interpuesto otro contencioso judicial para reclamar daños y perjuicios por las pérdidas que el cierre les ha ocasionado. "La suspensión de las obras por orden del juzgado es algo incomprensible", asegura Francisco Quero, alcalde de Alcaudete, que lamenta que la vía judicial haya ensombrecido el "esfuerzo municipal" por restaurar la vía a su estado original.

El regidor entiende que el responsable del derrumbe es la empresa promotora que estaba construyendo aparcamientos y viviendas privadas, la firma local Gartamas. Sin embargo, a la espera de la resolución judicial, el Ayuntamiento asumió, por ejecución subsidiaria, la reparación de la calle embarcándose en un préstamo de 600.000 euros que confían en recuperar cuando el juez determine las responsabilidades finales.

Pero cuando todo parecía encauzado surgió lo imprevisto. Mercedes Pérez, propietaria de la vivienda más afectada por el derrumbe -su casa tuvo que ser tirada parcialmente por motivos de seguridad- acudió a los tribunales porque se sentía perjudicada por las obras. En el pueblo muchos piensan que detrás de esta decisión sólo hay un afán lucrativo, máxime teniendo en cuenta que la demandante vive en Granada y apenas frecuentaba la vivienda.

De momento, la calle sólo se abrió a los peatones la pasada Semana Santa, pero nadie se atreve ya a pronosticar cuando volverá a ser la principal vía de acceso al centro urbano de Alcaudete, una dinámica localidad ubicada en la Sierra Sur jiennense y conocida principalmente por su incipiente industria del dulce.

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