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El unionista Paisley se entrevista por vez primera con un obispo católico

El pastor protestante Ian Paisley, el hombre que un día dijo que el Papa es el Anticristo, el hombre que lidera las posiciones más intransigentes del protestantismo político en Irlanda del Norte, el hombre que aún hoy no ha aceptado los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998, ese hombre, cumplidos ya los 80 años, se entrevistó ayer por primera vez con un obispo católico. Paisley, al frente de una delegación de su partido, el DUP (siglas inglesas del Partido de los Unionistas Demócratas), mantuvo una sesión de trabajo en Belfast con el obispo de Armagh, Sean Brady, arzobispo católico para toda Irlanda.

Tras un histórico apretón de manos, Brady describió las discusiones como "útiles y constructivas", al tiempo que Paisley admitió que había sido "un interesante intercambio de puntos de vista sobre una amplia serie de asuntos", y que la de ayer no será la última reunión con la jerarquía católica.

Ambas partes discutieron sobre asuntos que, probablemente, les unen (apoyo a la familia a partir del matrimonio; asuntos de ética vital como el aborto, la eutanasia o las investigaciones con células madre; la pobreza, el desarrollo económico y los problemas de la vida rural). Pero también sobre otros en los que las posiciones pueden no estar tan cercanas (educación, sectarismo y racismo) o incluso distantes, como el proceso de paz en Irlanda del Norte.

El encuentro es significativo porque marca un cambio de actitud de Paisley hacia los católicos. Moderador de la Iglesia Presbiteriana Libre del Ulster y ministro de los Mártires del Memorial Libre Presbiteriano, Paisley preside el Instituto Europeo de Estudios Protestantes, una institución que sostiene que el catolicismo no es cristiano.

Nuevas conversaciones

El hecho de que la entrevista se produjera 48 horas antes de que empiecen nuevas conversaciones entre los Gobiernos de Irlanda y Reino Unido y los grandes partidos políticos de Irlanda del Norte para restablecer la autonomía es un gesto que denota hasta qué punto han cambiado las cosas en el Ulster, pero eso puede llevar a engaño. Nadie espera que las conversaciones, que empiezan mañana y acaban el viernes en Saint Andrews, Escocia, puedan cerrarse con acuerdo. Y son pocos los que creen que ese acuerdo pueda llegar antes de la fecha tope del 24 de noviembre impuesta en su día por Londres y Dublín.

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Pese a sus buenas palabras tras la entrevista con el arzobispo Brady y la cauta reacción con que la semana pasada recibió el informe sobre la consolidación del abandono de la violencia por parte del IRA, Paisley ha sido más cáustico este fin de semana y ayer. El domingo descartó que pudiera haber un acuerdo en Saint Andrews y ayer, tras entrevistarse con el comité independiente (IMC) que controla la violencia paramilitar en el Ulster, dejó claro que aún no está satisfecho con la actitud del IRA en términos de criminalidad y acusó al Gobierno británico de manipular las conclusiones del IMC.

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