La ONU discute sancionar a Corea del Norte por realizar su primera prueba atómica
El primer ministro japonés afirma que la detonación inaugura "una peligrosa era nuclear en Asia"
Corea del Norte desafió ayer al mundo y efectuó una prueba nuclear subterránea que desató el temor de la comunidad internacional a que desestabilice la región y provoque el inicio de una carrera armamentística atómica. El ensayo -realizado a las 10.36, hora local (3.36 en la España peninsular)- fue condenado "enérgicamente" por el Consejo de Seguridad de la ONU, que anoche discutía la adopción de sanciones contra Pyongyang. El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, aseguró que marca el inicio de "una peligrosa era nuclear" en el norte de Asia. Las conversaciones multilaterales para el desmantelamiento del programa atómico norcoreano están paralizadas desde noviembre de 2005.
Los 15 miembros del Consejo de Seguridad se reunieron ayer con carácter de urgencia y acordaron trabajar sobre una resolución que dé respuesta firme y directa al último desafío de Pyongyang, que consideran una amenaza para la paz y la seguridad internacional. Una afirmación que abre la puerta a la vía sancionadora en base al Capítulo 7 de la Carta de la ONU. Washington busca que la próxima acción de la ONU contemple sanciones económicas, financieras y diplomáticas específicas,
El encuentro de los embajadores duró 30 minutos, lo que muestra la preocupación que reina en la comunidad internacional ante la ambición atómica norcoreana. "No he visto a ningún país en la sala protegiendo a Corea del Norte", advirtió el embajador de EE UU ante la ONU, John Bolton. Los miembros del Consejo de Seguridad seguían reunidos anoche, a nivel de expertos políticos, para empezar a discutir la futura resolución y adoptarla lo antes posible.
"Esta acción viola las normas internacionales sobre desarme y no proliferación", dijo el secretario general de la ONU, Kofi Annan. El pasado julio, Naciones Unidas adoptó la resolución 1695, en la que se le exigía a Corea del Norte el retorno a las negociaciones a seis bandas, con Japón, Corea del Sur, China, Rusia y EE UU, rotas hace un año.
Tanto EE UU como Reino Unido quieren que el próximo paso de la ONU se base en el Capítulo 7, que contempla la intervención militar como último recurso, algo que de momento rechazan rusos y chinos. La respuesta de la ONU al desafío norcoreano se ha apoyado hasta ahora en el artículo 41 de la Carta, que limita la reprimenda a las sanciones diplomáticas y económicas.
"Tecnología autóctona"
Pyongyang calificó la prueba atómica -realizada "con tecnología 100% autóctona"- de "éxito" e "hito histórico", y señaló que "contribuirá a la defensa de la paz y la estabilidad en la península coreana y las zonas de alrededor". Al parecer, no se produjo ningún escape radiactivo.
Aunque Corea del Norte había declarado desde hacía tiempo que era capaz de producir la bomba, el paso dado ayer sanciona oficialmente su entrada en el exclusivo club de los poseedores de armas nucleares, integrado hasta ahora por ocho países: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán e Israel (este último nunca ha reconocido oficialmente que las tenga). Al mismo tiempo, altera el balance estratégico en la región Asia-Pacífico y supone un serio revés para los esfuerzos globales de no proliferación.
¿Por qué se ha decidido Pyongyang a realizar un movimiento que sabía que iba a provocar la ira mundial? Algunos analistas sugieren que se siente cada vez más presionado y puede ser un intento para forzar a Estados Unidos a mantener negociaciones directas y suavizar las sanciones financieras, algo a lo que Washington se niega. Otros creen que hay que hacer una lectura en clave de política interna. Sugieren que podría ser un intento de Kim Jong-il de cohesionar el país, ante las dificultades que surgirían si es suspendida la ayuda internacional.
El momento elegido por el régimen más aislado del mundo para el ensayo no ha sido gratuito. Se ha producido al día siguiente de que Tokio y Pekín emitieran un comunicado conjunto, con ocasión de la visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, a China -en el cual manifestaron su "profunda preocupación" por el programa nuclear norcoreano- y en el instante en el que Abe se encontraba volando rumbo a Seúl. Fuentes oficiales estadounidenses señalaron que Pyongyang advirtió a China 20 minutos antes de llevar a cabo la explosión, y que ésta se lo comunicó inmediatamente a Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.
Las reacciones internacionales al paso dado por el régimen de Kim Jong-il fueron inmediatas y duras. EE UU lo calificó de "acto de provocación". China utilizó un tono más duro de lo habitual, mostró su "firme oposición" a la prueba, que calificó de "insolente", y urgió a Pyongyang a que vuelva a las negociaciones a seis bandas. Shinzo Abe declaró que su vecino ha cometido un acto "imperdonable". Y Corea del Sur lo tachó de "grave amenaza a la paz y la estabilidad".
La decisión de ejecutar el ensayo despierta el fantasma de la carrera por las armas atómicas. Abe dijo que marca el inicio de "una peligrosa era nuclear" en el norte de Asia, y añadió que ampliará el proyecto comenzado en 1998 con Estados Unidos para construir un escudo de defensa contra misiles.
Japón podría, además, esgrimir la excusa de la amenaza norcoreana para dotarse de la bomba atómica, lo que podría generar una cascada de movimientos similares, incluidos la propia Corea del Sur. Taiwán podría argumentar también la potencial amenaza de Pekín para seguir esta vía. Myanmar, Indonesia y Vietnam han mostrado anteriormente interés por explorar la opción nuclear.
El ensayo coloca en una situación delicada a Pekín, que es el principal aliado de Pyongyang y ha defendido hasta ahora la vía de la negociación para resolver el conflicto.
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