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Rusia decide explotar sola el gran yacimiento de gas de Shtokman

El combustible se venderá a Europa y no a EE UU como se preveía

Gazprom, el monopolio del gas ruso, decidió ayer que explotará el rico yacimiento de Shtokman por sí solo, sin la participación de compañías extranjeras. Además, el gigante ruso, controlado por el Estado, anunció que ha cambiado de planes sobre el destino del gas. Ya no irá como gas licuado natural a EE UU, sino que correrá por tuberías a Europa. Así lo anunció el presidente de Gazprom, Alexéi Miller.

"Europa es el cliente número uno para Gazprom", declaró Miller ayer, agregando que el gas del yacimiento de Shtokman será enviado al gasoducto noreuropeo, que irá directamente desde territorio ruso a Alemania bajo el mar Báltico, sin pasar por países de tránsito. "Gazprom ha decidido que la explotación del yacimiento se desarrollará sin participación internacional y que Gazprom tendrá el 100% de las acciones", puntualizó Miller.

El yacimiento de Shtokman es el mayor del mundo, con 3,7 trillones de metros cúbicos de gas y más de 31 millones de toneladas de gas condensado. Ubicado en la plataforma continental rusa del mar de Barents, en un principio se pensaba que en la explotación de Shtokman participarían dos o tres compañías extranjeras, que serían elegidas de entre una lista de finalistas. Gazprom había seleccionado ya a cinco candidatos: las petroleras estadounidenses ConocoPhillip y Chrevron, las noruegas Norsk Hydro y Statoil, y la francesa Total.

Rusia estaba dispuesta, en un principio, a quedarse con el 51% de las acciones del proyecto y entregar el 49% restante a compañías internacionales, pero no a cambio de dinero, sino de activos en el extranjero. Sin embargo, según los rusos, las compañías interesadas "no pudieron proponer a Gazprom activos que correspondieran con el volumen y la calidad a las reservas del yacimiento de Shtokman".

Encuentro en Francia

La decisión no ha sido una gran sorpresa para los expertos, puesto que el presidente ruso, Vladímir Putin, ya había insinuado el mes pasado, durante su encuentro en Francia con su homólogo Jacques Chirac y la canciller alemana Angela Merkel, que el Kremlin estaba repensando el destino de Shtokman. Verdad es que, entonces, Putin habló de una posible reorientación de sólo parte del gas de Shtokman a Europa, en lo que estaban interesados sus interlocutores. Además, en la nueva situación, el grupo alemán E.ON Ruhrgas pretendía participar en el proyecto. Pero la decisión rusa ha sido mucho más radical de lo esperado.

Algunos analistas piensan que en los nuevos planes rusos ha influido la política, concretamente el enfriamiento en las relaciones entre EE UU y Rusia. Washington no ha dado, de momento, su apoyo al ingreso de Moscú en la Organización Mundial de Comercio, y recientemente, en agosto, impuso sanciones contra dos empresas de la industria militar rusa por la supuesta colaboración de éstas con el régimen de Irán.

Además, en las últimas semanas el Kremlin ha expresado su molestia por el apoyo que presta EE UU a Georgia, lo que se enmarca dentro de la lucha geopolítica por la influencia en la Transcaucasia y Asia Central, que antes formaban parte indiscutible de la zona de intereses del Kremlin.

Las inversiones necesarias para desarrollar el yacimiento de Shtokman se elevan a entre 9.500 y 11.000 millones de euros, y, según cálculos de Gazprom, puede dar 90.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año. Gracias a los altos precios del petróleo, el dinero no es problema ahora para Rusia, que tiene repletas las arcas del Estado. Pero si Rusia no tendrá problemas de dinero, sí puede tener problemas técnicos, ya que no posee experiencia en la explotación de yacimientos en la plataforma continental.

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